4 de octubre de 2011

El arte de seducir

Anoche terminé de leer el libro "Lecciones de seducción" de Pilar Sordo.
Me pareció un libro "sano" y real, con información para poner en práctica desde la convicción de querer recuperar el verdadero sentido de la seducción, empezando por uno mismo...
He aquí algunas conclusiones que quisiera compartir...

(...) a través del autoconocimiento, de la autoexplicación y de reconocernos frágiles y multifacéticos es que nos hemos conectado simplemente con lo que somos, para desde ahí asumir que si estoy solo, tengo la obligación de cuidarme, de quererme y de tratarme lo mejor posible...

(...) siempre es claro que el mejor amigo por construir es el que está dentro de uno mismo; que uno se tiene que aprender a querer, a retar, a cuidar y a consolar. A uno mismo primero y quizás entonces, cuando está construida la imagen de una pareja interna, sea más fácil conseguir una pareja externa, en forma sana y positiva...

(...) creo que en una sociedad sobreerotizada como la que hemos ido generando, volver a rescatar el pudor, la intimidad como un acto de entrega que incorpore los afectos, los valores y la espiritualidad, es nuestro gran desafío. De esta manera, ser femenina tendrá más que ver con la delicadeza, con la belleza de las arrugas como parte de nuestra historia, ya que sin ella no somos nada... y no tanto con un par de implantes y de llegar a tener un cuerpo perfecto...

(...) y en el caso de los hombres, aprender que la galantería y la caballerosidad nada tienen que ver con el machismo; que un hombre que expresa lo que siente, siempre va a ser más valorado que alguien que exacerba la masculinidad como un signo de prepotencia y agresividad...

Ojalá todos recuperemos nuestra verdadera seducción, esa que tiene que ver más con la personalidad que con la coquetería. Esa que nos llama a cuidarnos para estar más lindos, pero desde adentro y no sólo desde afuera; la que nos llama a ser encantadores, amables y solidarios.

Tendré que apreder a autocuidarme más (mucho más) en mi experiencia de estar sola para no permitir que las malas experiencias tiren abajo el trabajo de tantos años como un castillo de naipes...
Hace tiempo que no me creo eso de conocer a "la media naranja"...
Yo no quiero un medio. Quiero un entero...
Y por eso yo debo ser lo más "naranja completa" posible para encontrar a otro igualmente completo y no conformarme con "lo que hay"....

El camino empezó...
Y aún tengo mucho que recorrer y aprender...
Compromiso asumido.

3 de octubre de 2011

Role play

La primavera se asoma tímidamente...
Y con ella las piernas, escotes, cuellos, la piel toda...
La seducción se despierta, los hombres ajustan sus miradas y las mujeres sus sonrisas...
Y así el juego comienza.
El calor trae, para la mayoría, más ganas de todo: de disfrutar, de conquistar, de reír, de jugar.
No sé qué opinarán, pero en el mundo actual pareciera que más que un juego de conquista amorosa, uno estaría en una negociación comercial.
Y quien osó mostrar sus sentimientos como estrategia, queda out.
En esta nueva estación, donde los ánimos se levantan, me gustaría ver un cambio en el juego de roles.
Me gustaría que aquellos hombres sensibles, que aún saben ser románticos en la intimidad, salgan a seducir con fuerza...
Y me gustaría ver mujeres agresivas, suavizarse un poco más...
Que a los hombres se les escapen más los piropos de los que hacen sonrojar.
Y que las mujeres demos aire para gestos de caballerosidad.
Todos necesitamos un trato dulce, divertido, erótico y pasional...
Que el calor nos inspire a crear y que la pasión nos active para amar...
Bienvenida primavera...

18 de agosto de 2011

Si te he visto...

La cosa es que este nuevo encuentro, pasó a ser uno más del montón...
Como para recordarme que algunas cosas no cambiaron demasiado en torno a las relaciones...
De todos modos sostengo que hay ciertos códigos que a pesar del paso de los años, deben o al menos debieran seguir intactos...
Sin embargo, hay algunos hombres que no los tienen en cuenta...
Y ya no quiero de "esos" para mí...
Me deserotizan.
Me apenan.
Y otro poco me enfuerecen, para qué negarlo...
En estos casos el costo suele ser mucho más caro que el precio pagado...
Y sinceramente, no tengo ganas de aguantar chotos...
¿Que soy muy exigente?
Sí, por supuesto...
Sino ya me habría casado con Harry!!!! Que bien podría ser la historia para otro post...
Esto de la exigencia es algo que me repito con frecuencia... y cuestiono la validez de la situación que hace que una y otra vez reevalúe mi veredicto y sentencia frente a una situación como la vivida...
Pero una cosa, es una cosa y otra cosa es otra cosa -habría dicho Panigazzi.
Al fin logré encontrar la línea que separa lo ridículo de lo inmensamente necesario para que yo pueda y quiera realmente sostener una relación con un hombre...
Trabajé mucho en recuperar mi autoestima y no voy a permitir que ningún gesto grosero proveniente de un hombre tan o más grosero que su propio gesto, opaquen este trayecto recorrido...
Además, tampoco tengo ningún interés en educar a un "adulto" de treinta y pico quien se supone ya debiera saber cómo comportarse con una mujer, aunque sea la segunda vez que la ve en su vida...
Este corazón ya vino y fue de vuelta.
Y el que se hace el vivo sale por la puerta...
Las apariencias engañan: esa fue la enseñanza que tomé de mi última cita...
Borrón (literal) y cuenta nueva.
Y a otra cosa, mariposa...

17 de agosto de 2011

Prendida fuego...

Antes que todo le voy a dedicar este post a mi amiga KS quien además de leerlos siempre, se puso súper contenta con mi regreso...

Ahora sí, empiezo...
Esto de haber vuelto al ruedo, a las salidas y a las exposiciones trajo consigo algunas repercusiones.
Algunas muy buenas y otras que quedarán bien guardadas el baúl de los recuerdos...
Pero siempre con una reflexión y/o aprendizaje...
Porque quien no aprende de sus "experiencias" -buenas y malas- realmente, está frito...
La cuestión es que de un día para el otro, alguien se interesó por conocerme y se abrió un espacio de charla...
Nuestras conversaciones eran, sobre todo, divertidas...
Suma cuando me hacen reír...
Y tanto sumó, que decidimos encontrarnos "face to face..."
En un principio los dos tuvimos los nervios típicos de una primera cita, pero se percibía una afinidad que provocaba el aumento de sonrisas y miradas...
Me había gustado él...
Me había gustado yo con él...
Me había gustado él para mí...
Yo le había gustado a él...
Y por eso coronamos la noche con unos besos prometedores de más...
Los días subsiguientes, nos mantuvimos en contacto de cerca...
Él se encargó de hacerme saber las ganas que tenía de verme, lo mucho que le habían gustado mis besos y un nuevo encuentro sucedió...
Idealicé el encuentro; y casi, casi se concreta como tal...
Tuvimos una cena "riquísima" en un lugar divino, un chin-chin por "", risas, sonrisas, besos robados y caricias que me hicieron sentir que conocía a este hombre desde hacía mucho más tiempo del que en realidad era...
Queríamos que la noche continuara...
Y se vinieron los besos more and more hot...
Todo parecía conducir a un paso más íntimo...
Pero una reacción suya, debió hacerme intuir que en un principio no era lo mismo que él había "planeado"...
Reconozco que me dejé llevar por mis bajos instintos, que no logré pensar ni un momento en la posibilidad de que esa noche no nos sacaramos la ropa...
Sin embargo, mi equivocación no justifica -de acá a la China- su acción...
To be continued...
(pero sólo en el próximo post)

16 de agosto de 2011

Caperucita y el Lobo

Me encuentro leyendo un libro muy interesante que me permite abrir mi panorama sobre cuestiones que considero siempre está bueno seguir perfeccionando...
Los que me conocen, saben que no me conformo con poco y que producto del camino que viví estos últimos años, la prioridad es fortalecer mi autoestima... 
Lo que me resultó más interesante y hoy quiero compartir en este Géminis Tour, es el proceso de independencia femenina en el cual se han instalado dos grandes tendencias.
Una de ellas es la de la mujer que asume que tiene que cumplir con la pareja, por lo que tiende a ser sumisa en apariencia pero en los hechos, es ella quien ejerce el control en forma pasiva...
Una de sus motivaciones para actuar así, es el miedo: miedo a que le sean infiel y a perder su hombre por no hacer bien "su tarea".
En el otro extremo, donde considero que se agrupan la gran mayoría de las relaciones, está la mujer que exige, suponiendo que que está a años luz de la anterior porque reivindicó su derecho al placer.
Además, en su discurso, se dice a sí misma no necesitar una pareja y ejerce todo su control para que las cosas se hagan como ella dice. Si no es así, "hasta luego y mucho gusto", argumentando que ella no está para pasarla mal y que "prefiere estar sola".
¡¡¡Cuántas veces me escuché decir esta frase!!!
Lo cierto es que este tipo de mujer no se distancia tanto de la otra, porque su base de sustentación también es el miedo; protegiéndose de su vulnerabilidad mediante su postura, la cual le parece que la ayuda a no ser dañada por el otro...
Caperucita por un lado, que se entrega para "cumplir", no provoca y se autolimita al placer.
el Lobo por el otro, incitante y provocadora; que juega y determina cómo quiere que sean las cosas...
Pero la "máxima" de la realidad dictamina que si exigís bajo la apriencia del lobo o cumplís tal como lo viste en las generaciones pasadas, no seducís...
Por lo tanto un poquito de todo parece ser la solución.
Si los grandes motores de la vida son el amor y el miedo, entonces tenemos que concluir que la seducción sana y limpia es una entrega incondicional más cercana al alma, y no tanto al cuerpo.
¿Con cuál de estas mujeres se sienten más identificadas? ¿Consideran que lograron encontrar el equilibrio?
Por mi parte, ya tengo tarea para el hogar...

12 de agosto de 2011

Hay una lágrima sobre el teléfono...

A lo largo del tiempo, las mujeres fuimos adquiriendo ciertos comportamientos a la hora de actuar frente a los hombres...
Y casi siempre discutí con mis amigas por esas "estrategias" que debíamos poner en uso como sin en vez de cerebro tuviéramos una goma eva...
Como si existiera el manual del "saber actuar" y esas fueran las únicas normas vigentes...
Tampoco creo que sea cuestión de evaluarlo en función de cómo hayan resultados mis experiencias personales, porque del otro lado siempre hay una persona que recibe, acepta y/o rechaza para tener en cuenta...
Y que si no funcionaron, fue porque tenia que ser de ese modo...
Las historias de novela, son sólo eso... historias de novela.
¿Y saben qué? Están basadas en hechos reales...
A veces un poco exagerados, es cierto...
Pero reales al fin.
Aún considero que la "cabeza" y las tácticas deben ser dejadas de lado y empleadas para trabajar o para jugar al póker, y lo que uno realmente siente debe ser accionado.
No importa cuando lo conociste, no importa hace cuánto que no te habla, no interesa si no te llamó, lo único que importa es que hagas lo que realmente sentís.
Lograr llegar al estado de paz de saber que esa persona no era para vos, o en el mejor de los casos era para vos y estaba esperando ansiosa ese llamado que vos pensabas racionar.
Que le muestres a esa persona que te interesa, y que en tu autenticidad estás dispuesto a perderlo todo, a llamarla cuando se te antoje, a verlo cuando quieras, y a no tolerar cosas que van en contra de tus sentimientos.
Porque retardar el sufrimiento ya es un fracaso en diferido, y medir las relaciones y sensaciones por tiempo y no por intensidad, es la ignorancia en su máxima expresión.
A lo largo del tiempo ha quedado demostrado solo una cosa: que no existen fórmulas matemáticas para ganar o perder en el amor.
Y que lo único que nos queda, es la sana intención de sabernos glorificados por el simple hecho de sentir, haciendo caso omiso de los detractores que quieran decirnos cuándo llamar, cuándo aparecer, cuándo decir te quiero, o cuándo hacer lo que sentimos ganas de hacer.

8 de agosto de 2011

Juegos de seducción (parte I)

Volver al ruedo, implica estar dispuesta a una nueva exposición.
Y que sea nueva, no necesariamente significa que sea diferente...
Mi vuelta tuvo buenas repercusiones...
Causó sorpresa y gustó.
Entonces cedí a que sucedan los encuentros, sin esperar más que la elección del otro por ser yo misma...
Pero me topé con algunos hombres que aún tienen comportamientos pasados de moda, que ya no causan ni la más mínima gracia...
Y sí... eso también forma parte de volver al ruedo...
Seguramente para recordarme, que muchas cosas siguen sucediendo igual a pesar de que haya estado retirada de las pistas por voluntad propia...
Insertarme otra vez en un juego de seducción, implica tener la inteligencia suficiente para zafar a tiempo de esas "garras" cuasi inofensivas que si bien me despabilan del letargo y ponen a prueba mis aprendizajes, me ofuzcan y no me permiten avanzar en el camino...
A esta altura, ya sé lo que no quiero...
Y en esta vuelta, me compromento también a retomar el entrenamiento que me permita desarrollar una fortaleza donde lo más importante sea contar las veces que me levanto, en vez de las que me caigo...
¡Buen comienzo de semana!

5 de agosto de 2011

El regreso

Pasé. Vi luz y entré.
Aunque no sé por cuánto me quedo...
Hoy estoy bien. Pero hace unos meses tenía unos rollos.
Los de la cabeza no me importaban porque los tapaban los rulos.
Pero los de la cintura (los de la zapán) ya no tenía cómo taparlos.
Así que tomé una gran decisión.
Me corté el pelo, lo aclaré y me compré ropa nueva para renovar el placard.
Salí al mundo como nueva.
A ese que me estaba esperando hacía rato para sacudirme de una vez el polvo acumulado después de tanto encierro.
Y me dio una espléndida bienvenida.
Me encontré en los espacios que deseaba. Con la gente que me valoraba y agradecía mi vuelta.
Tuve reencuentros con amigas que hacía meses e incluso años no veía.
Celebré uniones memorables y fui testigo de enlaces para toda la vida posible de vivir...
Aprobé el curso de autoseducción con excelentes calificaciones.
Y ahora voy por más.
Quiero un posgrado en la materia.
No me conformo con poco, eso ya es sabido...
Cuando tengo el poder, domino cantidades de cosas.
Todas aquéllas cosas que realmente quiero dominar.
Saber cuáles son, es otra cosa de la que como siempre sigue ocupándose mi glorioso "diván" de forma quincenal...
En esta nueva etapa pienso que es importante incorporar el buen humor y la capacidad para reírme de mí misma frente a las cosas que a esta altura ya no se pueden cambiar.
Como por ejemplo, mis dedos arrugados.
Es en este preciso instante que me surge la necesidad de desarrollar en plenitud mis características positivas, potenciarlas, hacerlas crecer y, al mismo tiempo, inhibir o hacer que se noten de la mejor forma todos los aspectos negativos que pueda tener.
Si intentara disfrazar mi autoestima con agresividad, prepotencia o una falsa seguridad, probablemente volvería a desmoronarme frente a la primera decepción o el primer conflicto.
Vuelvo a la ruta.
Retomo el camino después de un desvío provocado por una de esas cosas de la vida.
Lo mejor, siempre está por venir...

11 de marzo de 2011

Pura química

Después de la intensa primera semana de trabajo, nada mejor que dos días feriados para conservar la energía y la calma que la actividad requiere.
Ya me estoy acostumbrando al ritmo del continuado, a los cuarenta y siete chicos entre los dos turnos, a los espacios nuevos y a llegar a casa de día.
Aunque algunos días me gusta pasar por el súpermercado, planear una caminata para mirar vidrieras o ir al cine...
Necesito un espacio de recreación y de "soledad", después de tantas horas de demanda...
Necesito mi momento de silencio y reflexión...
Extraño al solitario Palermo del medio día...
Y continúo buscando mi lugar en el mundo de los adultos para compartir, disfrutar, mostrarme y mirar... y encontrar personas nuevas que me acompañen en este nuevo recorrido.

28 de febrero de 2011

¡Hay equipo!

Comenzar un nuevo ciclo, siempre precipita expectativas y renueva las esperanzas.
Y cuando ese sentimiento se comparte con cada integrante del equipo de trabajo, la sensación de haber acertado en el camino elegido, se potencia y se fortalece.
Sentirse contenida y acompañada en una tarea tan significativa como la educación, trasciende los límites imaginados y pone la sangre en estado de ebullición.
Me emociona ver a los chicos formados en el patio, con restos del bronceado de las vacaciones y las zapatillas blancas...
Me conmueve entonar las estrofas de mi himno nacional y ver a los del último año izar la bandera; me estremece escuchar las palabras de bienvenida para darle inicio formal al primer día de clases y advertir cientos de ojos húmedos de emoción.
Y ni qué decir la adrenalina que me produce descubrir a quienes serán mis alumnos durante los próximos nueve meses.
Todos los años es una versión mejorada de la anterior porque vuelvo a elegir esta profesión como mi trabajo cotidiano...
Puedo sentirme una privilegiada de estar donde quiero y como quiero...
Sólo cuando este sentimiento se esfume y se convierta en un lejano recuerdo, tomaré la sabia decisión de cambiar el rumbo y despedirme de una vieja pasión...

25 de febrero de 2011

Thanks God I's FRIDAY

V I E R N E S . . .
Cuenta regresiva...
Aroma a fin de semana.
Sensación de libertad.
Sinónimo de magia y deleite.
Día de liberación y rebeldía.
Tarde de caminatas y vidrieras.
Noche de picadas y cervezas.
Madrugada de risas y anécdotas.
Ya nada importa si llegó el viernes.
La semana tendría que tener más viernes para disfrutar.
Porque todo parece ser más fácil cuando es viernes.

24 de febrero de 2011

Open mind

Está bueno esto de conocer cosas nuevas y recorrer caminos diferentes.
Y cuando digo "cosas" me refiero a personas nuevas, instituciones nuevas y hasta, por qué no, modalidades de trabajo nuevas.
Una de las cosas por las que siento que es una situación positiva, es porque involucrarme en cuestiones desconocidas, me permite abrir el panorama y confirmar que lo que sucede exitosamente una vez no tiene por qué ser lo único posible.
También porque reconozco mi adaptación a situaciones diversas y estimo la necesidad de dejar mi huella en todo lo que haga; que no me da lo mismo una cosa que otra.
Pero por sobre todo lo anterior, está bueno porque en estas situaciones diversas -y adversas- apruebo y valoro mucho más lo que tengo, lo cual muchas veces por costumbre y cotidianeidad me impide ver y apreciar las grandezas de las cuales me rodeo.
En realidad, percibo esta situación desde hace un tiempo.
Pero comprobarlo, me habilita a proyectarme con mayor facilidad y a especular con un futuro más enriquecedor.
Es casi automático que luego de esta reflexión, sienta la necesidad de agradecer la posibildad que me dio la vida de ser parte de un proyecto que me permite crecer, desarrollarme y ampliar mis conocimientos.
Me reconforta saber que soy un granito de arena en la inmensidad del mar, que aporta su voz y su creatividad para fomentar el pensamiento crítico propio y de los otros en un ámbito empapelado de autonomía e independencia.
Sólo puedo ser capaz de reconocer y cotizar mi libertad en los momentos en los que la que la percibo en peligro de ser limitada.
Enhorabuena...
Todo pasa por y para algo.
Siempre.

23 de febrero de 2011

Insomnia

Todavía no logro dormirme antes de las 2 a.m.
La hora del sueño me agarra mucho más temprano y después me desvelo completamente.
Anoche me quedé leyendo y tipeando planificaciones.
Y ya sé cuál será mi actividad principal durante este fin de semana.
Estoy contenta y ansiosa a la vez...
Por momentos quiero que YA sea lunes porque quiero verme en acción otra vez...
Parece que la necesidad está concentrada en hacer sólo lo que me apasiona, lo que amo...
Pero sé que querer que el tiempo pase rápido, significaría no poder disfrutar de lo que está sucediendo en el momento presente...
Por lo pronto comenzaré a disfrutar de mis tardes libres a partir de las seis, cosa que no sucedía desde hace tres años, paseando por diferentes lugares, mirando vidrieras y tomando ricos cafecitos en bares diferentes.
Sé que todo este trabajo tendrá su merecida recompensa.
Por eso ya comienzo a planear la celebración de los grandes logros que empezaron a asomarse en este 2011
Lo mejor, está por venir...

22 de febrero de 2011

Cadena de favores

En varias ocasiones, la vida me demostró que las casualidades no existen.
Sino que se trata de momentos y personas que coinciden en tiempo y lugar.
Como la correspondencia entre episodios y ocurrencias que siempre suceden para algo...
En los últimos tres trabajos que tuve, sumé gente de mi entorno.
Un poco porque me gusta eso de ayudar a quien considero que es buena persona y se merece una oportunidad; y otro poco porque confío en que las buenas acciones, tarde o temprano, tienen su correspondiente retribución...
Si es bueno o malo, el tiempo lo dirá.
Pero siempre es para aprender.

21 de febrero de 2011

La casa está en orden

Es tiempo de planificación.
Y si bien en lo laboral resulta imprescindible que lo haga, también comenzaré a ponerlo en práctica en lo personal.
Me resulta un tanto complejo ponerle orden al remolino de ideas, pensamientos y percepciones que salpican mi cabeza durante todo el día.
Sin embargo, siento que es de vital importancia evaluar la prioridad que voy a darle a todas aquellas cosas en las que quiero poner la energía durante este año.
El objetivo principal es la mudanza.
De eso no hay dudas.
Pero en el medio siempre surgen combinaciones que desde hace un tiempo vengo postergando.
Y una sensación distinta se presenta ante mí...
No, no es miedo.
Tampoco arrepentimiento.
Creo que esta sensación tiene mucho de la precaución y el alerta que suelo establecer en las situaciones desconocidas que requieren máxima atención y cumplimiento.
Por otro lado, continúo con mi backup de fantasías para condimentar el transcurso de los días y en la búsqueda de actividades relacionadas al mundo de los adultos.
Ya está en marcha.
El gran año está por comenzar.

18 de febrero de 2011

Calma chicha...

Sufrir porque las cosas no salen como yo me las había imaginado, no sólo es inútil sino que además es infantil.
Y el deseo de querer encontrarme con otro, es para poder hacer un proyecto juntos, para pasarla bien, para crecer, para divertirnos pero no para que me resuelva la vida.
No será en vano la década de terapia.
Además si pienso que el amor me salvará, que resolverá todos mis problemas y me proporcionará un continuo estado de dicha o seguridad, solo me mantiene atascada en fantasías e ilusiones y debilita el auténtico poder del amor, que es transformarnos.
Nada es más extraordinario que sentir la propia transformación al lado de la persona amada.
Y cuando me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir, seguramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo y lo que él tiene.
Cuando se necesita de otro par subsistir, la relación se hace dependencia.
Y en dependencia no se puede elegir.
Y si no se puede elegir, no hay libertad.
Y sin libertad, no hay amor verdadero.
Y sin amor verdadero podrá haber matrimonios, pero nunca habrá parejas.

17 de febrero de 2011

Carpe Diem - Aprovechar el momento presente

La vida siempre nos da señales.
Advertencias.
Pero como siempre vamos apurados, llegando temprano para tarde a todos lados, omitimos su presencia y su importancia.
Las dejamos para otro momento.
Esta mañana la señal fue la pregunta escrita en un cartel publicitario; fue el disparador para agudizar mi sexto sentido y prestar más atención.
¿Qué harías hoy si supieras que no vas a fracasar?
Revisé en mi memoria y demoré unos minutos en encontrar la respuesta.
Como si tuviera que ser la correcta.
La única posible.
Y dudé.
Porque tal vez fracasar me haga crecer, madurar, aceptar y sea el determinante para mi próximo éxito.
Entonces estaría bueno reformular la pregunta y prestar más atención al hoy...
Vivir en el presente es creer profundamente que lo más importante es el aquí y el ahora...
Sin embargo, no es fácil permanecer atentos a él porque nuestra mente es difícil de dominar y se empeña en sacarnos de nuestra inmediatez como seres vivos...
Cada vez con menos frecuencia percibimos el milagro de la vida, la importancia de estar sanos, la felicidad de conservar a nuestros seres queridos cerca nuestro...
Cada vez insistimos más en preguntarnos ¿qué pasaría si...? en vez de ponernos en marcha en el momento presente.
El aquí y ahora es frágil y fugitivo.
Y cuando no se detectan las señales, hay sorpresas que no siempre son de las buenas.

16 de febrero de 2011

Será, será...

Cuando algo nuevo aparece en mi vida, suele darme una sensación de vértigo mezclada con cosquillas que por momentos sospecho me pone demasiado seria y pensativa.
¿Consecuencias de la ciclotimia geminiana?
May be...
Lo cierto es que esa rareza comienza a desvanecerse en el momento en que logro acomodarme anticipándome a la adaptación y llega el momento esperado para desplegar mi creatividad.
Me doy el permiso para que eso también suceda.
Me tomo el tiempo que considere necesario para que también sea parte del proceso.
Por otro lado, ya comencé a pensar alternativas para reinsertarme en aquel mundo adulto que anhelo.
Quizás sea la mejor solución para seguir desafiando esta quietud aparente.
Mientras tanto, sonrío porque fue un buen comienzo.
Y lo mejor, como digo siempre, está por venir.

15 de febrero de 2011

Sigue girando

El que busca encuentra.
No se sabe con certeza cuándo puede suceder, pero ocurre.
Y esa es la gracia: la sorpresa de recibir en el momento menos esperado, lo más ansiado.
Por eso hay que tener cuidado con lo que uno desea, porque el universo conspira para acercarnos absolutamente todo lo que anhelamos en el momento indicado.
A veces me enojo cuando considero que lo que quiero está tardando demasiado.
Pero cuando me pongo a pensar detenidamente en las causas y consecuencias, comprendo que lo que hasta hoy no llegó es porque aún no estaba preparada para recibirlo y disfrutarlo como me lo merezco.
La mayor parte del tiempo me adelanto a los sucesos y busco intensamente lo que sea necesario para que se concrete.
Y por fin me siento más cerca de la recompensa por tanto esfuerzo y esmero.
Deberé aprender a ser más paciente en determinadas situaciones, a frenarme cuando sienta que me estoy sobrepasando y a escuchar el silencio del viento cuando necesite relajarme.
Mi abuela siempre me dice que algunas personas nacen con una estrella y otras estrelladas.
Y siempre me negué a pensar que yo podía ser una estrellada, me rehusé a creer que no podría ser capaz de cambiar mi destino.
Por eso incliné mi misión en agrandar la estrella que me tocó, en hacerla brillar, transformarla en única y lucirla virtuosamente.
Recién puedo comprenderlo después de semanas, meses y años preguntándome ¿por qué a mí?; recién pude aceptarlo cuando logré hacer un recorrido consciente por mi pasado, ver acertadamente mi presente y visualizar positivamente el futuro que quiero.
Por eso hoy comienza una nueva era en mi vida.
Una época esperada desde hace mucho tiempo, que se llena de inquietud y agitación externa pero con mucha calma, tranquilidad y placidez interna.
Un nuevo desafío en el que una vez más puedo poner a prueba mi integridad emocional e intelectual; una nueva oportunidad de la vida para superarme a mí misma, crecer y creer.
Esto recién es el principio.
Lo mejor siempre está por venir.

14 de febrero de 2011

1 + 1 = 1

Con cierta frecuencia me pregunto cuáles son aquellas cosas que me provocan un click en la cabeza y encienden mi imaginación.
Intento detectar qué situaciones, palabras, gestos o sensaciones son las responsables de abrir la puerta hacia lo posible y lo que hasta hoy era remoto o improbable, de a poco comienza a transformarse en un ¿y por qué no?
Esta vez comenzó a una velocidad lenta pero constante. Incluso hice algunos cortes para preguntarme si de verdad querría lo que había comenzado a fantasear. Tras una sonrisita pícara, me escuchaba otra vez el ¿y por qué no? retumbando entre los parietales de mi cráneo.
¿Y por qué sí? era la contrapregunta que le seguía para comenzar a desviarme y dudar de mí misma hasta en mis propias fantasías.
Pero es porque sí, porque se me da la gana, porque está permitido, porque es gratis, porque no le jodo la vida a nadie y porque es parte de mi relegada intimidad.
Porque de alguna manera fortalece mi confianza, porque me devuelve a la coquetería y levanta mi autoestima.
Todo esto, siempre y cuando siga guardando las imágenes en el casillero de la fantasía y no me sienta frustrada si no se llegara a concretar, como sucede cuando salgo decidida a comprar algo que imaginé y vuelvo a casa con las manos vacías por no haberlo encontrado, y con un mal humor que más vale perderme que encontrarme.
De todos modos, no me vendría nada mal intentar dar el segundo paso, avanzar, excederme, subir un escalón y ver qué sucede si pongo a prueba todo aquello que provocó este incendio cerebral: una sucesión de voces graves, comentarios atemporales pero definidos, sutilezas ocurrentes y unas ganas locas de volver al ruedo.

11 de febrero de 2011

Duérmete niño

Me reservé el último viernes de vacaciones para pasarlo junto a mi sobrino más pequeño.
Pocas cosas disfruto más que darle de comer y hacer dormir a un bebé...
Quizás porque, por ahora, no es una tarea de todos los días o porque me sale con una facilidad inaudita.
Sé que tengo cierta vocación maternal que durante muchos años canalicé en los lugares o en las personas equivocadas y que mi actual trabajo me permite sublimar sensaciones y sentimientos.
Pero aún así no estoy segura de querer tener mis propios hijos. Tal vez porque considero que por ahora, no sea uno de los planes que pueda hacer por mi propia cuenta, aunque tener un marido y/o pareja hoy en día tampoco es garantía de nada; sobre todo si de compartir responsabilidades se trata.
Lo cierto es que me rodeé de cereales de colores, huellitas de zapallo y sonrisas contagiosas para recargar la energía para lo que se viene en el 2011.
En breve, habrá novedades.
Todavía estoy "recalculando".

10 de febrero de 2011

Reciclar

Volví a soñar con el dueño de aquel auto negro que tanto me intrigó hace un tiempo atrás.
La dinámica volvió a ser similar, porque no logré visualizar los rasgos de su cara.
Pero estaban sus manos tibias, suaves, blancas, prolijas y generosas que me rascaban la espalda mientras yo estaba recostada en un futón verde y le contaba sobre un viaje que tengo en mente hacer en unos meses...
También soñé que entraba al Gran Hermano y que me la pasaba cocinando para todos los integrantes bajo la amenza de que me iban a hacer la fulminante; también que aparecía un Twingo color negro con un moño violeta en la puerta de mi casa con una cartel diciendo que era un regalo para mí, pero cuando me subía no tenía los pedales para manejar entonces debía avanzar con los pies...
Estos como tantos otros sueños "locos" que se gestan gracias a las interminables horas de siesta que estoy aprovechando al máximo en los últimos días libres, me hacen percibir que necesito poner pronto mi cerebro en acción.
Por lo pronto, llené tres bolsas de consorcio con papeles de todos los gramajes, tamaños ycolores; apuntes viejos de la facultad, fotos inmostrables, cartas que nunca más voy a leer y tantas otras cosas, que estaban ocupando un lugar inmerecido en la biblioteca y en mi habitación.
Si se va lo viejo, viene lo nuevo.
Y será muy bienvenido.

9 de febrero de 2011

Tour

Se me ocurre que a veces anulo algunas cosas de tanto pensarlas, fantasearlas e imaginármelas...
Quizás porque sea demasiado recurrente con la idea que se me metió en la cabeza, o porque logré visualizarme dentro de ese contexto o porque me parece que no existe otra mejor...
Tal vez toda esa ansiedad en querer ver llegar a mi vida un carro con luces de colores titilantes, brillos destellantes y aroma a flores bonitas me haga perder la oportunidad de visualizar otro con apariencia menos imponente pero con igual o más importante que el idealizado...
Y creo que en esa idealización es donde se origina lo que sucede cada vez que me enfrento conmigo misma, con no poder parar la cabeza cuando algo se me puso como objetivo; cuando intento definir de la mejor manera el camino que pretendo me conduzca a las metas que se van reciclando y renovando día tras día...
Si bien es cierto que la ansiedad tiene mala prensa, también tiene una virtud que casi nadie reconoce: hace avanzar permanentemente.
¡Y conmigo lo logra!

8 de febrero de 2011

Falta menos

Estoy transitando mi última semana de vacaciones.
Por momentos pienso en lo rápido que pasó el tiempo y en lo poco que alcancé a hacer...
Pero también pienso que ya es momento de ponerme en acción, empezar a crear un nuevo desafío y volver a disfrutar de los pequeños logros cotidianos.
Extrañé mojarme los pies en las caminatas a la orilla del mar, disfrutar del solcito en los hombros y respirar esa sal que se evapora gracias a las brisas patagónicas.
Pero sé que éste período también forma parte del proyecto que en unos años me permitirá pasar mis días enteros entre Puerto Pirámides y la Península de Valdés.
Por lo pronto, tendré que empezar a planear cómo cambiar mis horarios y costumbres veraniegas para comenzar lo más lúcida posible el nuevo año lectivo.
Amanece un nuevo martes húmedo y lluvioso en la ciudad porteña.
Y sigo esperando la respuesta.
Ya falta menos.

7 de febrero de 2011

Dejavú

Esperé el amanecer para asegurarme que llovería el resto del día...
Y no me equivoqué.
La pasada, fue una semana anunciada.
Me acordé mucho de las sensaciones que tuve durante aquellas vacaciones en las playas de Mar de las Pampas, donde prácticamente me la pasé encerrada en la habitación de la Hostería a causa de la copiosa lluvia de la segunda quincena de febrero que apenas me dejó salir a respirar la brisa del Atlántico.
Y fue recién después de unos meses, que conseguí darme cuenta que esa vacación húmeda y solitaria fue la oportunidad que tuve para aclarar mis pensamientos, ordenar mis ideas, priorizar mis objetivos, hacer borrón, cuenta nueva y comenzar una nueva etapa en mi vida.
Una etapa que comenzó a cerrarse hace apenas 48 días atrás cuando finalicé la carrera de Relaciones Públicas y que en el medio me dio una valiosa recompensa al darme la posibilidad de trabajar en una profesión que amo.
Sin embargo reconozco que recién podrá ser una etapa cumplida, cuando logre mudarme a mi propia casa.
Desde aquel verano espero que llegue este momento donde estoy dispuesta a pasar por todo lo que la vida me ponga enfrente para alcanzar este gran objetivo.
Me siento preparada para transitar los sinsabores del camino, si sé que la recompensa es esta añorada mudanza.
Apuesto a que no voy a quedarme de brazos cruzados ni tampoco voy a permitir que la angustia, la bronca, la desesperación o la envidia me jueguen una mala pasada y ganen esta partida, aunque por momentos me sienta abatida y sin fuerzas para continuar.
Pero creo que estos tres años son una prueba más que suficiente para considerar que mi deseo puede convertirse en un hecho posible y concreto.
Y este fin justifica los medios.

31 de enero de 2011

Lágrimas negras

Por una extraña razón que aún desconozco o solo por una mera coincidencia que no viene al caso analizar, los lunes son realmente insoportables. Aún estando en vacaciones, sabiendo que no tengo que madrugar en una mañana gris que emerge después de una noche de tormenta, viajar en colectivo y todo lo que eso implica, los lunes tienen una nube densa difícil de sobrellevar.
Y por otro misterioso motivo, que me pone de peor humor que un mismísimo lunes, algunas personas desconocidas ponen en duda las decisiones que vengo planeando poner en práctica y posponiendo por un único motivo desde hace tantos años. A tal punto, que ni bien me llega el momento para canalizar y concretar las estrategias, me paro en el ojo de la tormenta, y sin ningún temor le hago frente a capa y espada con la mejor sonrisa.
Y son esas mismas personas quienes, para este caso en particular, tienen la sartén por el mango; son esos perfectos extraños los que cuestionan mi decisión, capacidad, disposición o genio y son los que tienen la última palabra para decidir si puedo o no concretar mi proyecto en el tiempo esperado.
Detesto depender del fallo de los demás; me repugna que otros lleguen a un acuerdo que no me permite elegir por y para mí misma.
Inevitablemente esos cuestionamientos provocan un sinfín de voces que comienzan a discutir entre sí dentro mi conciencia, intentando que esos prejuicios ajenos se conviertan en propios.
Y a su vez me pregunto cómo puedo ser capaz dudar de algo que anhelo desde lo más profundo de mi ser.
No se trata de un caprichito adolescente; ni de una excentricidad desmesurada; mucho menos de victimizarme frente a los demás.
Simplemente me pregunto por qué con cada paso que doy para avanzar, me encuentro con tantos obstáculos que desvían y frenan tanto la llegada hacia mi objetivo.
¿Estaré equivocándome en el camino que elegí recorrer?
¿Será que habrá un destino mejor del que yo creo posible?
¿O será que mi esfuerzo, impulso y energía se concentran en las posibilidades para otras personas?
¿Cuándo es que llega el momento en que mis planetas estén alineados y el destino escuche mi verdadera voz interior?
Realmente me cansé de hacer treguas con la vida esperando que llegue el momento esperado; ya no quiero distraerme buscando variables que llenen los espacios vacíos.
Estoy harta de hacer maniobras que justifiquen la postergación.
Me satura y me fastidia estar en una permanente búsqueda para lograr mis sueños y que ellos sigan esquivándome.
Es agotador mantenerme en la solitaria ola de la acción constante para alcanzar el éxito básico y personal.
Me pregunto por qué debería trabajar el doble que algunas personas, que con mucho menos esfuerzo lo han conseguido todo; y sin embargo estoy dispuesta a hacerlo porque no tengo sponsors; sé que este logro , como tantos otros, también dependerá de mí misma.
Pero la realidad es que sin una posibilidad y sin un suceso significativo que me otorgue una oportunidad, la independencia sigue siendo una frustración que me vale más de una lágrima.
Empiezo a dudar de que todo, todo llega a su debido tiempo.
Desconfío de este ritmo desparejo en el que me encuentro yendo y viniendo, en comparación a lo que veo y percibo en mi entorno más cercano.

Mientras tanto, hecho mi descargo, me llamo al silencio y
a la reflexión.

28 de enero de 2011

Fin de semana de fin de mes

Cuando llega el último fin de semana del mes y mi billetera está más flaca que nunca, tengo dos opciones: me deprimo y me acuerdo de todos los males existenciales o le saco un poco de brillo a mi creatividad.
Y aunque no siempre elija la opción más optimista, el solcito de este viernes me inspiró para pensar en un programa gastronómico que también pueda serle útil a ustedes.
Tres opciones fáciles, sencillas y económicas para recibir amigas, primas, sobrinos, hermanas, novio, marido y/o amante en casa... y ¡¡pasarlo 11 puntos!!
  1. Un Viernes Diferente: para salir de la típica pizza de los viernes, con 2 huevos, sal y pimienta a gusto, un chorrito de leche, queso fresco (o el que haya en la heladera) un tomate sin piel cortado en cubitos, 2 aceitunas negras, albahaca y perejil, salió un exquisito omelette caprese, que combina genial con tostadas, una ensaladita de rúcula y/o una copa de vino.
  2. Saturday Brunch: Cuando ya es muy tarde para desayunar y demasiado temprano para almorzar, hacemos un rejunte de lo que hay en la alacena y la heladera: galletitas de agua/salvado, queso crema, mermelada, algunas frutas, cereales, un rico café con leche, y un generoso tostado de queso en el pan que más nos guste (o tengamos a mano)... Y en el mejor de los casos, cambiamos el pan del tostado por medialunas de manteca...
  3. Merienda dulce: Para despedir el domingo o darle la bienvenida al lunes, hornear muffins de banana es la opción ideal para tomar la leche el domingo. En un bowl se mezclan 2 bananas maduras pisadas, con 3/4 taza de azúcar, 100 gr de manteca derretida, 2 huevos, 2 tazas de harina leudante, esencia de vainilla y 1/4 de taza de leche tibia; cuando se forma una pasta espesa está listo para disponer en pirotines de papel. Después de 25/35 minutos de horno moderado, ya están listos para comer. Si te gusta (y tenés en la heladera) se pueden untar con dulce de leche. ¡Son mis favoritos!

Seguro que alguna de estas ideas las pongo en práctica. Esta tarde ya tengo invitados.

Y sí, esto también es el Géminis Tour: un recorrido por los vericuetos en la cabecita de una mujer geminiana, que piensa de to-do.

27 de enero de 2011

Pero ¿el amor es más fuerte?

Pasan los días, los meses, los años y la verdad nunca dejo de sorprenderme cuando escucho ciertas historias de amor. En realidad lo que más desconcierto me provoca son sus respectivas justificaciones para sostener esas relaciones en el tiempo.
Según mi psicóloga tener capacidad de asombro es muy bueno...
Y quizás lo diga porque siempre, siempre, estos "asombros" hacen que me cuestione sobre mi propio ser; sobre mi personalidad, mis propias experiencias, mis anhelos y mis búsquedas...
Por lo general son preguntas que no adquieren respuesta de forma instantánea, sino que de alguna manera hacen que reoriente mi rumbo o siga firme en el que supongo es el correcto para mí. Me pongo al límite y dudo de todo: desde mi paciencia y tolerancia, hasta de mi conformidad o rebeldía...
Dudo tanto, que llego hasta el osado extremo de desconfiar en mi capacidad de amar...
Pero también pongo en tela de juicio las convicciones de quienes cuentan sus historias.
Sospecho de que sea amor o un capricho sostenido en una formalidad social; que sea producto del orgullo de no poder cerrar la puerta y comenzar un nuevo camino cada uno por su lado; que se juegue algo de la incapacidad de poner las cartas sobre la mesa y aceptar una derrota.
Y me pregunto cuánto más que a uno mismo se puede amar a otro; cuánto se es capaz de soportar y resignar para que esa "pareja" resista con el correr de los días; a qué precio y con qué costo se puede apostar a la unión.
Para algunas personas serán las peleas, las discusiones, los portazos y las valijas las que hacen que una relación se fortalezca... Para otros tantos, lo será el silencio, la indiferencia y la pasividad.
¿Alguien tiene la certeza; quién sabe la verdad absoluta de cómo funciona?
Siempre pensé que a una relación se le dice pareja porque aplica para todas las variables, con la misma intensidad tanto de un lado como del otro.
Pero mi abuela me diría que cada pareja es un mundo; un mundo tan íntimo como complejo. Y que cada uno sabe lo que hace.
Y parece que tiene razón, porque hay tantos conceptos, miradas y posturas sobre el amor y la pareja, como individuos en este mundo.
Por mi parte, digo que todo parece más fácil cuando se habla desde la comodidad del banco de suplentes siendo un corazón ajeno, con sus sueños e ilusiones el que se juega a todo o nada en la mitad de la cancha.
Pero también digo que probablemente yo reaccionaría de una manera distinta; que tomaría otras decisiones; que negociaría bajo otras condiciones y con otras reglas de juego; que el límite y punto final estarían entre las cartas de la primera mano. ¿Y quién podría juzgarme?
Tal vez sea esa la razón por la cual sigo sola, viviendo y proyectando a mediano y largo plazo una vida nada más y nada menos que conmigo misma.
Después de todo, no asumo tantos riesgos...

Sin embargo, no puedo dejar de preguntarme si no debiera ser el amor propio -sano, íntegro, sensato y honesto-, ese que se entrelaza con la autoestima, la seguridad y la confianza, el verdadero guía para lograr superar los obstáculos, mirar para adelante, aprender de los errores y buscar en otros horizontes nuevas personas que se comprometan con la misma intensidad y grandeza de la que se es capaz cuando se cree fervientemente que el verdadero amor, el que nace desde el corazón y no de la comodidad, es el amor más fuerte...

26 de enero de 2011

Otras cosas y casas que me inspiran...

Cuando lo simple parece posible...


Debo ser sincera: jamás se me habría ocurrido semejante idea. Simple, decorativo, original, vistoso y barato. Con una silla que ya no puede cumplir su función, una canasta, plantas, flores y poco de imaginación, ¡¡todo se puede!!



Otro ejemplo de simplicidad en una habitación, que podría ser el living de un armonioso y sencillo loft. La jugada combinación de colores ponen de manifiesto que la sobriedad no siempre se viste de blanco.





Esta imagen me convoca a fantasear con uno de mis sueños recurrentes desde algunos años: mi propio restaurante.
No caben más palabras.
Sólo hay que dejarse llevar, y que todo fluya.

25 de enero de 2011

GH 529

Vacaciones en Buenos Aires: poco y nada para hacer.
Mucho menos sin plata para gastar.
Algunas salidas, reuniones, cumpleaños, visitas...
Pero nada que en definitiva resulte súper interesante.
El calor de estos últimos días hizo que me pareciera más que nunca a una especie animal con efecto invernadero, desparramada en la cama con el aire acondicionado directo a la cara, notebook en la falda y TV encendida. Pero decidí no ver noticieros para no enterarme de las malas noticias ni de la sensación térmica en los barrios porteños; sólo veo y escucho frivolidades.
Trasnocho. Mucho. Disfruto la tranquilidad y quietud de la madrugada viendo videos, leyendo o escribiendo - tal como lo estoy haciendo en este preciso momento.
Algo sobre este descansado estilo de vida y el excesivo tiempo para pensar en cualquier, pero cualquier cosa, posibilitó que me imaginara y cuestionara situaciones delirantes sobre mí misma.
Indago páginas de decoración, miro videos en Youtube sobre técnicas de pintura y pátinas en madera, fantaseo con el nuevo trabajo, me veo en mi próxima casa, deliro con mi futuro novio, visualizo un posible viaje, la casa de té en funcionamiento y un vestido de fiesta para el casamiento de mi hermana...
Cosas que puedo permitirme sólo en vacaciones.

24 de enero de 2011

Cosas y casas que me inspiran...

Una combinación perfecta de objetos antiguos, modernos y reciclados, en un espacio luminoso, solemne y admirable para recibir a los seres más queridos y agasajarlos con la calidez del hogar.





El pasillo de una casa es el nexo con otros espacios; un vínculo que abre puertas y conecta situaciones... Aquél pasillo que huela a vainilla y canela, será un pasillo capaz de conducir a todos los sueños posibles...




Uno de los ambientes, si no el más importante y cálido de la casa; la cocina es el lugar donde se mezclan las texturas, los aromas y sabores para darle origen al alimento del cuerpo y del alma.




19 de enero de 2011

PCRA

PIDO
CREO
RECIBO
AGRADEZCO
Como una oración religiosa, visualizo lo que quiero de mi futuro y lo recibo en el presente.
Me apoyo en mi prodigiosa inventiva, mi reflexión, mi risa, mi capacidad de jugar, de combinar y vincular de una y mil formas todo lo que existe.
Me encuentro con las respuestas necesarias sin perderme en caminos paralelos.
Llega a mí la información que necesito.

18 de enero de 2011

Mirame, mirame, mirame...

¿Qué nos dicen las miradas? ¿Todas nos dicen algo? ¿O será que cada uno le encuentra el significado que más le conviene?
Es cierto que hay personas que no necesitan hablar para expresar sus sentimientos... De hecho, yo soy una de esas personas. Siempre me caractericé por esta virtud, aunque reconozco que más de una vez me jugó en contra porque son demasiado expresivas y poco disimuladas... Simplemente surge cuando es algo que quiero transmitir, en el instante que siento que sobran las palabras o que no pueden decirse en ese momento.
Lo cierto es que las miradas nos dicen muchas cosas. Pueden estar cargadas de amor, de alegría, de enamoramiento, de felicidad, satisfacción, tranquilidad; pueden ser sinceras, transparentes, profundas o pueden contener bronca, angustia, tristeza, aburrimiento o enojo.
También están las miradas vacías, esas que no tienen nada para mostrar; las miradas oscuras, turbias, duras, apagadas, difíciles de interpretar. Preferimos no ver esas miradas, hacen mal, dan miedo, nos llenan de energía negativa... ¡Nos dan mal de ojo!
Y cuántas otras veces esquivamos miradas porque nos dan vergüenza, confusión, pudor...
No me resulta hablar objetivamente de las miradas, quizás porque una de ellas me dejó pensando demasiado, con un interrogatorio abierto donde por ahora no soy yo quien tiene la verdadera respuesta... Y menos aún, tan inmediata como pretendo...
Mi abuela diría: a buen entendedor, pocas palabras.
Y yo le agrego: y una buena mirada...

17 de enero de 2011

Es la hora de bailar

Siempre supe que el ritmo del cuerpo al compás de una música que más nos gusta cambia el humor y renueva el ánimo. El baile se da como ese movimiento ideal que pone en eje las hormonas, el sistema circulatorio y cada músculo del cuerpo incluidos los de la cara.
Hace un tiempo, no recuerdo cuánto, propuse la idea de juntarnos para bailar en grupo y liberarnos de la mufa semanal de una manera diferente. La idea no prosperó por falta de tiempo, coordinación o parecer ridículo. Y la verdad es que yo también pocas veces me tomé el tiempo para bailar al compás de mi música favorita sin público observador más que el de mi propia imaginación.
A veces liberarme de los estigmas y dejarme llevar por la descabellada locura de hacer lo que se me da la gana sin perturbar a los demás, me cuesta más de lo que quisiera.
Hoy lunes, me propongo arrancar la semana en movimiento y de a poco volver a la práctica del baile cotidiano y desalineado. Danzar sin disciplina ni censura alguna con el sólo objetivo de hacer desaparecer cualquier tensión física o psíquica; con la alegría de volver a sentirme como una adolescente desinhibida y descontrolada para alimentar el espíritu treintañero con nuevas vibraciones.
¿Y ustedes, se animan a bailar frente al espejo de sus casas?
Después me cuentan...

14 de enero de 2011

Un viernes cualquiera...

Estuve pensando en los beneficios que tendrían salir de mi casa en vacaciones...
Tardaron un tiempo en aparecer frente a mí las imágenes de los atributos positivos de la cuestión, pero el ejercicio me trasportó hacia algún lugar relativamente cerca donde logré visualizarme relajada y pasándola bien...
Colectivo de por medio volví a Palermo, el barrio en el que vivo los meses del año que no estoy de vacaciones.
Hice un paseo relajado, recorriendo con detalle las vidrieras de ropa, zapatos y carteras; sin reloj ni apuntes pesados en la cartera... Liviana y atemporal...
Cuando consideré que ya lo había visto todo, elegí un sillón mullidito en el bar que supo ser mi segundo hogar durante largas horas de estudio... Disfruté el iced lemmon tea de frutos rojos acompañada de mi lectura placentera con "La historia del loco".
Me desconcentró un llamado en el celular.
Buenas noticias en el momento más placentero de la semana...

13 de enero de 2011

Jardinería práctica

Hoy me levanté con ganas de crear algo distinto a lo que suelo hacer habitualmente.
Busqué alguna receta nueva para preparar, pero ninguna terminó de convencerme... Así que me pareció un buen momento parasalir del ámbito de la cocina y descubrir los secretos de las plantas de mi jardín...
Me di una vuelta por el Easy y compré macetas de varios tamaños, pinturas de colores estridentes, tierra fértil, unas piedritas que me recomendaron para poner en el fondo de la maceta, papeles con diseños vintage para hacer decoupage y plantines de lavanda, tomillo, salvia y menta para darle origen a mi huerta chic.
Quizás no sea demasiado original en la decoración elegida, pero sí lo es mi iniciativa en una temática tan nueva para mí como lo sería la física cuántica... De paso, ocupo buena pate de la tarde esperando que empiece el nuevo capítulo de Contra las Cuerdas, una ficción que me está devolviendo la imaginación y la inspiración para volver a escribir...

12 de enero de 2011

Todo concluye al fin...

Tuve que ser alentada para poder terminar de escribir esta historia...
Cada vez que volvía a releerla me daba como una especie de arrepentimiento parecido a los que te dan cuando contás un secreto que prometiste guardar...
Quizás, porque la historia de "amor" con El Patrón no fue vox populi en aquel momento, o porque incluso después de siete años aún conservo parte del pudor por el escándalo que causaría si cierta gente se entera... O porque, al final, las cosas no resultaron ser ni parecidas a lo esperado...
Ese mismo jueves, después de subirme a su auto y partir hacia algún restaurante de Palermo (en aquel entonces no era tan multitudinario) El Patrón y yo entablamos una conversación de lo más relajada y divertida. Llegamos a Morelia y elegimos una de las mesas más alejadas del salón...
Mientras el mozo nos abría el vino tinto, yo atendía un llamado programado para confirmar que estuviera todo bien... cosas que solemos hacer las mujeres durante una primera cita.
Brindamos y uno de los primeros comentarios que hizo, fue halagar la tranquilidad que transmitía con mi mirada, lo cual fue algo que le había llamado la atención desde la primera entrevista y que justamente por esas miradas, había sentido que yo tenía que ser la persona que ocupara el puesto. Y así comenzó a contarme todo lo que le pasaba conmigo: que sentía que me conocía de toda la vida; que le transmitía una energía diferente a las demás personas; que cada vez que estaba cerca mío sentía paz y cosquillas al mismo tiempo; que los saludos de la mañana se la habían vuelto como una especie de adicción para olerme más de cerca el perfume; y que no podía evitar pedirme llamados o que le llevara cosas a su oficina, porque era como una especie de recreo...
- Y cuando esta mañana te encontré tan temprano en el ascensor, decidí que de hoy no pasaba la invitación...
- ¿Tan seguro estabas de que te iba a decir que sí?
- Tenía un 80 y un 20% de probabilidades... Obvio que el 80 era de un sí... Pero podía suceder que eligieras alguna alternativa de ese 20, y no porque no quisieras salir conmigo sino porque hoy realmente no podías...
- ¿Y qué hubiera pasado si te pedía que lo dejáramos para otra ocasión porque para hoy ya tenía programa armado?
- Probablemente nunca más te habría dicho algo... Así me estuviera muriendo de ganas; así me estuvieras comiendo la cabeza; así hubiera sabido que me decías que no porque te daba vergüenza o lo usabas como estrategia...
- En realidad a esta altura ya no sé si es raro que te haya dicho que sí... Sólo que me parece que todavía no quería darme cuenta de lo que estaba pasando entre nosotros...
- ¿Y por qué aceptaste entonces?
- Porque la forma en la que me mirás, no es común... Al principio me parecía una mirada "rara", tan rara como seductora, vergonzosa, perpicaz... Me costó definir tu mirada y aceptarla mucho más todavía...
- Es que cada vez que te miro me pasan cosas...
- Definí cosas...
- Es difícil con palabras muñeca...
Esa frase nos invitó a un breve silencio, que en realidad decía mucho más de lo que no se escuchaba... Cuando cada uno terminó de tomar su té de mango, El Patrón se encargó de pedir la cuenta, pagó y nos fuimos... Cruzamos la calle tomados del brazo y ese breve y pequeño contacto físico hizo que notara cierto nerviosismo cargado de ansiedad.
Llegamos al auto y sabía que algo más estaba por suceder... El Patrón se había quedado sin palabras para explicarme esas "cosas" que yo quería conocer y era de lo más raro en una personalidad tan locuaz como la suya... Después de su caballerezco acto de abrir la puerta del coche, rodeó mi cuello con sus manos, me agarró suavemente de la cara y lentamente me besó en la boca. Un beso que me puso tan nerviosa como excitada... Un beso que transcurrió en una perfecta sincronía, con ritmo y armonía. Esos mismos besos suaves y tiernos que se pusieron más intensos, más fogosos, más húmedos... Besos descontrolados a los que se le sumaron las caricias de nuestras manos y las palabras que brotaban de nuestra imaginación...
Y así transcurrieron los quince meses que duró este amor prohibido; quince meses entre escapadas en horarios de almuerzo, tardes interminables enredados en las sábanas de los hoteles que contenían esa pasión...
Una pasión que se fue apagando por las mismas razones por las cuales se había encendido.
Un entusiasmo que se desgastó por el paso de la rutina escondida, callada y disfrazada.
La emoción que transcurrió durante el tiempo en que la luz de nuestras miradas se mantuvo encendida cada vez que se encontraron.
La experiencia necesaria para creer que el amor surge, sucede y te atraviesa... Así, en el momento menos pensado y de quien menos lo esperamos.

11 de enero de 2011

Amor prohibido (Bis)

Volvió a suceder lo del beso en el borde de la boca...
Pero aquella vez fue más zarpado, más apretado, más beso robado...
Incluso yo me sentí diferente cuando sucedió, como si en ese momento la oficina girara en diferentes sentidos y velocidades... una mezcla de adrenalina, placer y continencia juntas difíciles de controlar.
Esa tarde fui a terapia. Analicé la situación desde todas las aristas posibles. Por momentos mi voz era temblorosa, nerviosa e inquieta... De repente se convertía en segura, enérgica y animada. Logré descartar varias situaciones que hasta ese momento creía que eran los impedimentos para creer que una relación con El Patrón era posible...
En realidad, lo que más miedo me daba era la posibilidad de enamorarme de una persona que ya tenía lo que a mí me habría gustado construir con un hombre...
De todos modos no tenía la certeza de que ese hombre fuera El Patrón: sólo tenía manera de saberlo si me arriesgaba a correr en vez de caminar, con todo lo que correr implicaba...

El jueves llegué más temprano de lo usual a la oficina porque había un evento muy importante y El Patrón me había asignado la organización como una muestra de confianza. Aproveché la ocasión y me vestí con la mejor ropa que tenía. Quería lucirme y devolverle el gesto con eficiencia.
De casualidad, me lo encontré. Nos saludamos como todas las mañanas y nos quedamos enfrentados, mirándonos a los ojos. No pudo disimular observarme de arriba a abajo, percatándose de todos los detalles... Por suerte eran sólo dos pisos...
Entramos a la oficina y cada uno se fue para su escritorio.
La mañana transcurrió de a aquí para allá, yendo y viniendo con tazas, platos, jarras y bandejas repletas de comida.
Y a cada rato cruzándome con El Patrón por algún pasillo, mostrándose con ganas de decirme algo, pero sin llegar a concretarlo...
Cuando la gente comenzó a retirarse, El Patrón se convirtió en una máquina de pedirme cosas: llamados, papeles, agenda. Nombres de gente que ni siquiera tenía agendada, documentos que no sabía ni dónde buscar...
Tenía el humor bastante alterado por no poder hacer las cosas en tiempo y forma, hasta que me enteré que mi ahijado estaba a punto de nacer... ¡Qué felicidad! Pero el teléfono seguía sonando sin parar y cada vez que veía el nombre de El Patrón en el visor de mi teléfono, me daba una mezca de nervios, ansiedad y tensión. ¿Qué le pasaba a este hombre? ¿Por qué no paraba de estar tan demandante?
Fue en uno de sus tantos llamados que me preguntó cuál era mi horario de salida y que
antes de irme por favor fuera hasta su oficina porque quería charlar conmigo dos minutos...
Automáticamente miré el reloj y faltaban quince para las cinco de la tarde. ¿Cómo hacía para aguantar las casi dos horas que restaban hasta saber qué era lo que quería decirme?
Una de las primeras cosas que pensé, fue que algo respecto de la organización del evento había salido mal; que no había sabido aprovechar bien la oportunidad que él me había dado y que no volvería a estar a mi cargo para la próxima vez... Pero a la vez me sonaba absurdo. Era que en realidad no quería darle paso un paso real y concreto a mis pensamientos, imaginaciones o fantasías... No quería o no me atrevía a pensar que todo lo que había estado esperando hasta ese momento podía suceder esa misma tarde, dos minutos antes de irme a mi casa...
Todavía faltaba media hora para la hora de irme y como había recibido unos sobres a su nombre, me pareció la excusa ideal para ir hasta su oficina sin tener en cuenta su pedido.
Respiré profundo, me relajé, caminé con firmeza y con actitud entré a su oficina.
Él estaba parado cerca de la puerta y se sorprendió cuando me vio. Me pidió que cerrara la puerta y me sentara. Mientras leía la carta que le había dado y yo me sentaba en el bode de la silla a punto de comerme todas las uñas, me pregunta:
- ¿Qué tenés que hacer esta noche?
En ese preciso instante se me cruzó mi ahijado a punto de nacer, la cena con mi prima y sus amigos después de sus vacaciones en Brasil y un par de excusas creíbles que pudiera decirle en menos de tres segundos...
Sin embargo respondí:
- ¿Esta noche? Nada... ¿Por qué?
- Vamos a cenar entonces, ¿querés?
- ¿Una cena de trabajo?
- No, trabajo no. Quiero charlar con vos de algo especial que siento que hay entre nosotros...
Casi de forma instantánea, bajé la mirada y empecé a hacerme un rulo en el pelo como cada vez que me pongo nerviosa...
- La verdad es que me sorprende bastante lo que me decís...
- ¿En serio? ¿Por qué?
- Y... porque sí... porque sos mi jefe... y...
- No, no... ¿Esas excusas muñeca? ¿Vamos o no?
- Sí, claro... vamos.
Atravesé el pasillo y sentí como todos mis miedos se esfumaban como por arte de magia.
Pasó a buscarme puntualmente por la dirección que le había dado.
Era una noche cálida, yo estaba serena.
Y creo que el cielo estaba iluminado de estrellas...

10 de enero de 2011

Amor prohibido

Ese febrero fue uno de los más calurosos que recuerdo.
Quizás no sólo por la insoportable temperatura que se vivía en la ciudad de la furia, sino también por lo que mi intuición me estaba demostrando...
Me había organizado algunas actividades para después de la oficina con tal de distraerme un poco y no pensar demasiado en cosas que hasta el momento me parecían imposibles...
Es cierto eso que dicen que lo prohibido nos atrae, nos tienta... e incluso esa sensación de querer y no poder, tiende a transformarse en algo placentero...
Y en mi caso particular, debo decir que por aquel entonces fantasear con El Patrón se me había vuelto una especie de combustible que alimentaba cada vez más mi osadía...
Y como si eso fuera poco, sentía que no podía compartirlo con nadie...
Pensaba en todas las cosas que me dirían si compartía mis sensaciones: que todo era fruto de mi inmensa imaginación; que no me metiera con un tipo casado; que era casi mi jefe; que es más grande que tu viejo; que te puede hacer perder el laburo y bla, bla, bla...
Tenía un pequeño candombe dentro de mi cabeza con voces "ajenas" que me aturdían y me frenaban de hacer y decir ciertas locuras...
Sin embargo esas mismas voces se volvían mudas cada vez que veía cómo él me miraba...
Intentaba controlar mis gestos, miradas, risas y sonrisas, y el tono de mi voz cuando nos cruzábamos en algún pasillo o en el ascensor...
Procuraba dominarme a mí misma cuando notaba que sus saludos se acercaban un poco más a mis labios...
Pero era algo que me desbordaba porque sentía que todo era posible dentro de mi cabeza aunque fuera clandestino, secreto, silencioso y a escondidas...
Si podía imaginarlo, ¿por qué no podría concretarlo? ¿Qué o quién o quiénes me lo impedirían?
Sin lugar a dudas, esa historia era una locura...
Y a pesar de eso, cada día que pasaba me sentía más dispuesta a vivir esa gran locura, la más arriesgada, la más emocionante, la más loca de todas...
¿Acaso la historia con El Patrón no era la más acertada para volverme loca?