18 de febrero de 2011

Calma chicha...

Sufrir porque las cosas no salen como yo me las había imaginado, no sólo es inútil sino que además es infantil.
Y el deseo de querer encontrarme con otro, es para poder hacer un proyecto juntos, para pasarla bien, para crecer, para divertirnos pero no para que me resuelva la vida.
No será en vano la década de terapia.
Además si pienso que el amor me salvará, que resolverá todos mis problemas y me proporcionará un continuo estado de dicha o seguridad, solo me mantiene atascada en fantasías e ilusiones y debilita el auténtico poder del amor, que es transformarnos.
Nada es más extraordinario que sentir la propia transformación al lado de la persona amada.
Y cuando me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir, seguramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo y lo que él tiene.
Cuando se necesita de otro par subsistir, la relación se hace dependencia.
Y en dependencia no se puede elegir.
Y si no se puede elegir, no hay libertad.
Y sin libertad, no hay amor verdadero.
Y sin amor verdadero podrá haber matrimonios, pero nunca habrá parejas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario