22 de febrero de 2011

Cadena de favores

En varias ocasiones, la vida me demostró que las casualidades no existen.
Sino que se trata de momentos y personas que coinciden en tiempo y lugar.
Como la correspondencia entre episodios y ocurrencias que siempre suceden para algo...
En los últimos tres trabajos que tuve, sumé gente de mi entorno.
Un poco porque me gusta eso de ayudar a quien considero que es buena persona y se merece una oportunidad; y otro poco porque confío en que las buenas acciones, tarde o temprano, tienen su correspondiente retribución...
Si es bueno o malo, el tiempo lo dirá.
Pero siempre es para aprender.

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