9 de febrero de 2011

Tour

Se me ocurre que a veces anulo algunas cosas de tanto pensarlas, fantasearlas e imaginármelas...
Quizás porque sea demasiado recurrente con la idea que se me metió en la cabeza, o porque logré visualizarme dentro de ese contexto o porque me parece que no existe otra mejor...
Tal vez toda esa ansiedad en querer ver llegar a mi vida un carro con luces de colores titilantes, brillos destellantes y aroma a flores bonitas me haga perder la oportunidad de visualizar otro con apariencia menos imponente pero con igual o más importante que el idealizado...
Y creo que en esa idealización es donde se origina lo que sucede cada vez que me enfrento conmigo misma, con no poder parar la cabeza cuando algo se me puso como objetivo; cuando intento definir de la mejor manera el camino que pretendo me conduzca a las metas que se van reciclando y renovando día tras día...
Si bien es cierto que la ansiedad tiene mala prensa, también tiene una virtud que casi nadie reconoce: hace avanzar permanentemente.
¡Y conmigo lo logra!

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