Cuando lo simple parece posible...
Debo ser sincera: jamás se me habría ocurrido semejante idea. Simple, decorativo, original, vistoso y barato. Con una silla que ya no puede cumplir su función, una canasta, plantas, flores y poco de imaginación, ¡¡todo se puede!!
Otro ejemplo de simplicidad en una habitación, que podría ser el living de un armonioso y sencillo loft. La jugada combinación de colores ponen de manifiesto que la sobriedad no siempre se viste de blanco.
Esta imagen me convoca a fantasear con uno de mis sueños recurrentes desde algunos años: mi propio restaurante.
No caben más palabras.
Sólo hay que dejarse llevar, y que todo fluya.
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