18 de agosto de 2011

Si te he visto...

La cosa es que este nuevo encuentro, pasó a ser uno más del montón...
Como para recordarme que algunas cosas no cambiaron demasiado en torno a las relaciones...
De todos modos sostengo que hay ciertos códigos que a pesar del paso de los años, deben o al menos debieran seguir intactos...
Sin embargo, hay algunos hombres que no los tienen en cuenta...
Y ya no quiero de "esos" para mí...
Me deserotizan.
Me apenan.
Y otro poco me enfuerecen, para qué negarlo...
En estos casos el costo suele ser mucho más caro que el precio pagado...
Y sinceramente, no tengo ganas de aguantar chotos...
¿Que soy muy exigente?
Sí, por supuesto...
Sino ya me habría casado con Harry!!!! Que bien podría ser la historia para otro post...
Esto de la exigencia es algo que me repito con frecuencia... y cuestiono la validez de la situación que hace que una y otra vez reevalúe mi veredicto y sentencia frente a una situación como la vivida...
Pero una cosa, es una cosa y otra cosa es otra cosa -habría dicho Panigazzi.
Al fin logré encontrar la línea que separa lo ridículo de lo inmensamente necesario para que yo pueda y quiera realmente sostener una relación con un hombre...
Trabajé mucho en recuperar mi autoestima y no voy a permitir que ningún gesto grosero proveniente de un hombre tan o más grosero que su propio gesto, opaquen este trayecto recorrido...
Además, tampoco tengo ningún interés en educar a un "adulto" de treinta y pico quien se supone ya debiera saber cómo comportarse con una mujer, aunque sea la segunda vez que la ve en su vida...
Este corazón ya vino y fue de vuelta.
Y el que se hace el vivo sale por la puerta...
Las apariencias engañan: esa fue la enseñanza que tomé de mi última cita...
Borrón (literal) y cuenta nueva.
Y a otra cosa, mariposa...

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