15 de diciembre de 2009

Plan V

Hoy apliqué la frase que mi abuela suele apelar cuando las cosas no salen como esperaba: no hay mal que por bien no venga... Y por supuesto, una vez más tiene razón...
Como todos los lunes, me costó más de lo previsto aceptar que el despertador sonó mucho antes de lo que esperaba...
El día cambió de un minuto para el otro y después de una mañana cargadita, ya me había imaginado una lectura al solcito para los finales que quedan...
Resulta que cuando estaba más cerca de casa que de Palermo, me di cuenta que me había olvidado el celular adentro de una bolsa llena de libros...
Realmente no es un aparato imprescindible en mi vida, y sin embargo sin pensarlo demasiado di la vuelta y volví a buscarlo...
Charla telefónica por medio gracias al móvil recuperado, desvié mi camino y cambié lectura por charla, solcito por sillón y estar sola por compartir en compañía...
Cero estudio y muchas puestas en común, recuerdos de experiencias vividas y sueños de las que están por venir...
Un plan inesperado, espontáneo, genuino y muy productivo...
A veces librarse al azar del destino da buenos resultados...
O en realidad será que hay que tener herramientas para enfrentar los posibles desvíos que nos depara la vida...

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