7 de noviembre de 2009

De cepas y otros brevajes

Una invitación a la que no pude resistirme: degustación de vinos de lujo en el Hotel Alvear.
Después de una siestita reconforatodora, me emperifollé para combartir la garúa de las 6 de la tarde y me fui en busca de nuevos aromas, colores y sabores.
En la variedad, está el gusto.
Y es cierto.
Compartí entre amigos una exquisita velada teñida de rojos intensos, espumantes atrevidos y ruidos de chinchines...
Risas, anécdotas, miradas, secretos y brindis por todo eso y mucho más.
El fin de semana empezaba con buenas nuevas.
Enloquecí de la risa, como hacía tiempo no me sucedía.
Reconozco que las burbujas color caramelo hicieron bien su trabajo...
Mis ojos brillaron y mi sonrisa se lució...
Parece que nada sucede en vano.
Y que después de la tormenta, siempre sale el sol...
¡Bienvenido!

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