9 de noviembre de 2009

Ausente con aviso

Si estos días no mencioné a los ojitos de cielo de Hernán, a continuación comprenderán que fue porque realmente el horno no estaba para bollos...
Después de tardes compartidas entre cafecitos y helados, paseos, comida china, unas buenas pelis sin lograr llegar al final tirados en el futón de su monoambiente "palermeño", el administrador de empresas pidió cambio al referí... En criollo: dar un paso al costado...
Arrancó con que no estaba seguro de lo que estaba eligiendo para su vida...
Que por lo pronto prefería no iniciar ninguna relación seria (hizo el gesto de comillas con los dedos) en ese estado de confusión...
Que yo era divina... cariñosa, compañera y divertida... pero que evidentemente el del problema era él... Faltaba que citase la frase "no sos vos, soy yo" y era para cantar BINGO colgada de la ventana del 5º piso y en cinco idiomas!
Y mientras él seguía enumerando cuestiones que para entonces ya le había perdido el hilo conductor, agrega... que además (de todo lo mencionado antes, por supuesto) lo había llamado la ex novia por un trámite inconcluso y que se habían encontrado para hacer el cambio de nombres en las facturas del celular y que..............................................................................................
A partir de ahí, ya no escuché más nada.
Ya me había mareado, perdido y aburrido de tantas vueltas.
Figurita repetida. Cartón lleno. Sin chance a reciclar.
Por mi parte fui sincera, concreta y terminante: que todo dura lo suficiente para dejarnos una experiencia, anécdota y aprendizaje...
Que yo simplemente deseo estar dentro de las opciones de otro y formar parte de su elección por el sólo y único placer de estar juntos... sin títulos, explicaciones ni peros...
Que si no va, no va...
Y que tenga buena suerte en el ballotage con su ex...
Qué poco duró el bombón esta vez... Aunque lo disfruté, para qué negarlo...
Por lo pronto, borrón y cuenta nueva. Otra página en blanco para comenzar a escribir historia diferente. Sigo en el camino... y mirando para adelante...
Para, quizás, volver a encontrarme con la espontaneidad y la frescura de lo nuevo...
Sin títulos ni preámbulos.
Simplemente nuevo.

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