16 de octubre de 2009

Me gusta ser mujer...


Cuando Nacha Guevara cantaba frente al espejo y escribía con rouge colorado mensajes para levantarse el autoestima, ¿ya estaba en la edad de la menopausia?

Me hubiera encantado poder coincidir, pero después de 45 días justo tocó el viernes a la noche ese día del mes en que más ganas me dan de meterme en la cama hecha un ovillo de lana, mirar la tele y hacer micro siestas hasta que caigo rendida al sommier de doble plaza.
Durante mi caminata vespertina, un hombre que pasó por al lado mío, me dijo una suerte de piropo que después de haberme robado una sonrisa, me dejó pensando el resto del día como si fuera una especie de enigma a resolver.

"No te tapes tanto mujer", me dijo al ver que me cerraba el saco negro y largo que muchas veces actúa como una suerte de escondite, más allá de que el frío y el viento de la ribera porteña ameritara su uso.

El mensaje de esas palabras en un día como este, resultó contradictorio... Y como no logré desabrochar la "capa tapa-teta"para mostrar lo que dios me dió, me fui a la peluquería y le pedí a mi bendito manos de tijeras Mateo que cambie mi look. Como premio a mi gran semana laboral y de alguna manera celebrar esta nueva apertura, ahora sí podría mirarme en el espejo, guiñarme un ojo y pensar en todo lo que, a pesar de todo, me gusta ser mujer.

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