30 de octubre de 2009

Hay que salir al recreo...

Reconozco, aunque aborrezca el verano, que los días de "calorcito" ameritan para más reuniones, salidas, encuentros y un permiso para dormirnos algunas horas más tarde aunque al día siguiente tengamos que seguir madrugando...
Habrá que encontrar pretextos dignos y sin culpas para concretar escapaditas espontáneas o planeadas, con amigas o solas... al solcito o al cine, en un jardín con árboles o en una terracita con macetas...
Regocijarse, respirar profundo, deleitarse y aprovechar cada momento...
Atreverse a las emociones, encarar nuestros desafíos, competir a capa y espada con la cómoda mediocridad...
Voy a inventar una feria del placer para vivir esta vida que construyo todos los dias con la balanza a favor del lado positivo....
La decisión la tengo yo y por eso puedo elegir libremente el camino...
Voy a abrir los cajones para ventilar los pensamientos y gestar nuevos recuerdos...
Sonó la campana...
Voy a salir al recreo...
¡¡Ya es viernes!!

29 de octubre de 2009

Causa y efecto

Las casualidades no existen y a esta altura de mi vida, ya lo tengo más que aprendido e incorporado... Lo cual no significa que siempre esté preparada para enfrentar ciertas situaciones, sobre todo cuado son sorpresas que trascienden mis expectativas.
Afortunadamente soy una geminiana versátil, con marcada tendencia a la improvisación...
Y hoy cambié la clase en la facu por un helado con Hernán.
Así de sopetón, natural y a la luz del día.
Nos encontramos en la esquina de una plaza y caminamos un rato largo por las calles de su barrio... A ritmo lento y pausado y tranquilos, sin horarios...
Miramos vidrieras, criticamos la moda impuesta y nos endeudamos a diez años de sólo mirar los precios de esos diseños exclusivos hechos para gente especial.
Logramos construir momentos únicos, inventamos nuestras risas, miradas y gestos cómplices.
Nos observamos y nos contemplamos de cerca...
Intimidada por esa mirada celeste que parece desbordar palabras que su boca no se anima a decir, me sentí otra vez auténtica, libre y sencilla. Sin vueltas.
Hoy volví a convencerme de que los momentos se confabulan y enganchan unos con otros para que sucedan cosas mágicas, reales y libres.
No hay temor. Hay futuro

28 de octubre de 2009

En las buenas y en las malas

El fin de semana propició para preguntarme nuevamente, si existe algún límite certero entre la hermandad y la amistad; en cuándo mis amigas comenzaron a ser parte de mi familia de la manera más espontánea y natural; en qué momento me atreví a considerarlas una extensión de mis sentimientos, pensamientos, sueños y experiencias... en cuándo la fraternidad sincera, franca y genuina, decide trascender las fronteras sanguíneas dejando de lado las muestras de ADN para convertirse en la extrema necesidad de sociabilización compartida desde lo más profundo de mi ser...
Y más preguntas rebotando entre mis pensamientos vacilantes, sobre qué sería de esta geminiana sin la presencia (o ausencia) de estas amigas mías, de todas y cada una de ellas: las elegidas día tras día, las que pasaron y dejaron su huella, las que perduran a través de los años, las reelegidas y las que impuestas, pero aceptadas, por una visión familiar convertida en tradición compartida de "ser todas iguales".
Estoy convencida que todos los días soy un poco mejor gracias a ellas, porque me escuchan, me apoyan y sugieren sus ideas con el único interés de verme feliz... Porque actúan y razonan con críticas constructivas para sumar... porque analizamos, compartimos, debatimos y sacamos nuestras propias conclusiones sobre la vida que queremos vivir... Y porque simplemente nos damos el placer de compartir nuestros días, con el único propósito de seguir creciendo juntas.
No existen hijas únicas cuando florecen amigas como las mías.
Hoy declaro que hermanas, primas y amigas son sinónimos aliados entre sí para hacerme cada día más feliz.
AMIGAS: Gracias por dejarme compartir la vida junto a ustedes...

26 de octubre de 2009

Que sea lo que sea...

Esto de hacer citas con "extraños" es una situación a la que no logro acostumbrarme, a pesar de haber vivido algunas experiencias similares... Y sobre todo cuando se trata de estas citas a ciegas, que más allá de conversaciones por chat o telefónicas previas al encuentro, suelen dejar una puerta más abierta que de costumbre a la incertidumbre, sin olvidar el temor de querer ser lo más natural y espontánea posible, no sólo para gustarle al otro, sino para adicionar calma y comodidad a esta situación especial y curiosa.

Intenté que la noche transcurriera amena, ligera y desabotonada para no quedarme enroscada con detalles que aparentan ser minuciosos y críticos pero que son los que me convocan a mayor análisis.

El lugar elegido por Hernán "ojos de cielo" para cenar juntos fue Palitos, un restaurant del Barrio Chino, donde fuimos recibidos con una extensa e interesante carta de comida tradicional. Vamos a tener que aprender a hablar chino, fue uno de sus primeros comentarios mientras nos ibamos sentando en la mesa llena de frasquitos colmados de sabores asiáticos. Ordenamos un picadito de platos para probar de todo un poco y lo acompañamos con un rico vino tinto... Los camareros no le ponian voluntad a su trabajo, así que hicimos algunos chistes como para darle un poco más de soltura a esos primeros minutos de estar sentados frente a frente. Porque hasta que llegaron los platos, parecíamos trabados y nerviosos... hasta que en un momento que no recuerdo cuál, las palabras comenzaron a fluir con gran facilidad.

Me contó sobre alguno de sus viajes, sus mudanzas por diferentes provincias cuando era chico, un "casi casamiento" hace dos años atrás y su temor convertido en fobia por las arañas... Me pareció cortés, educado, con modos agradables para comer. Tiene un humor particular y es bastante impredecible...
Yo hablé de mi profesión, de mi paión por la cocina, algunos bocetos de proyectos personales y las posibles vacaciones al Norte junto a las chicas. Lo más importante, es que fui auténtica: me reí con mi risa, lo miré con mis ojos de siempre, hablé con mi estilo y no mantuve ninguna postura estratégica o de manual.
Cuando quisimos acordar ya eran cerca de las 4 de la mañana. En ese momento me acordé que cuando nos íbamos de vacaciones con mi papá, él siempre me decía que si me dormía en el auto llegábamos más rápido a destino... Pero afortunadamente no fue ese el caso... Ahora debería decirle yo a él que si te divertís tenés la sensación de que el tiempo fluye y por eso sentís que pasa más rápido... Y que en algunos casos, como esta cita, reírse y hablar sin parar es mucho mejor a dormir...
Llegué a casa con el cantar de los pajaritos del jardín, y mientras me sacaba el maquillaje, me miraba de reojo en el espejo y me reía sola recordando algunas situaciones.
Recién cuando estaba acostada con mis sabanitas recién lavadas, recordé que en toda la noche no me contó ningún secreto.
No importa.
Que sea lo que sea.

23 de octubre de 2009

Sabor a viernes...

Por fin llegó el viernes!!! Todavía no empezño y ya estoy esperando que llegue el de la semana próxima... No estoy segura de que sea mi día de la semana preferido, pero me huele a libertad, a paseo, ruido de cubiertos, gente y ricos aromas...

Y también a una cena... Claro, cómo olvidarme del programa con Hernán...

Anoche ultimamos detalles y quedó en pasarme a buscar por casa... Al principio no estaba convencida, me pareció demasiado formal para la primera salida... Pero nuevamente me relajé y me dejé llevar... Y si a él le pareció bien hacer ese recorrido, fantástico. Que así sea...

Quedamos a las 20:30, porque hay una reserva media hora más tarde en un restaurant que no me quiso decir más que "se come lo que a nosotros nos gusta"... Es que estuvimos hablando bastante acerca de nuestros gustos y preferencias culinarias. Le aclaré que no como nada de pollo, ni conejo, ciervo, pato y otros seres insospechados de maldad innecesarios de comer... Como para que no me vuelva a suceder lo de aquella salida con Eduardo: fue en la época que todavía era vegetariana, y el tema había sido comentario de varias charlas previas al encuentro e incluso de chistes... Pero parece que el Sr. No Sabía Escuchar, alias Me Importa Un Comino Lo que Digas, me invitó a comer a una parrilla de Mataderos...
La PA-RRI-LLA y la VE-GE-TA-RIA-NA, una combinación bastante extraña por no decir imposible. No tuve más opción que comer una triste pero crujiente provoleta acompañada por un tomate rociado con aceite, sal y orégano, mientras él, fascinado por la "buena elección" del lugar, hacía pedidos de achuras, costillares y adherezos hiper condimentados propios de las parrilladas... Fue la primera y última salida con Eduardo... Incompatibles, desde el arranque...
Así que espero que Hernán haya escuchado o mejor dicho leído sobre mis gustos... Al menos para que la velada sea lo más agradable posible, y con vistas a futuras si el resto de las cosas marchan bien...
Por mi parte creo estar con la actitud necesaria... Logré descansar unas horitas para estar con todos los sentidos despiertos y abiertos, y después de bañarme me encremé con una leche nutritiva a base de cholate blanco, apta para mordiscones... Mientras que intento calmar el sofocamiento que me produce este calor incontrolable, escucho la música de mi salmón favorito para cargarme de ritmo y creatividad...
Y sí, un poco nerviosa estoy... para qué negarlo.
Pero tengo gran sensación de libertad, plenitud y predisposición, cosa no menor al momento de concretar un encuentro con otra persona...
Mi deseo es poder transimitirlo y que sea bien percibido, al menos para escuchar atentamente cuál es el secreto que tiene para contarme...
Wish me luck!

Relajate... ya es jueves

Los jueves son días largos... Clases, reuniones, terapia, facultad... Me calma saber que sólo falta un día para que empiece el añorado fin de semana. Aunque de descanso cero, porque ya están todos los días programados con tareas. Lo más reconfortante es irme a dormir sin prograrmar el despertador tan temprano. Después de casi tres décadas de actividades matutinas, no logro madrugar felizmente, siempre me parece poco y por lo general lo primero que pienso cuando me levanto es en la hora en que volveré a dormirme. La época de secundaria fue tremenda!! Ni siquiera podía vestirme sola, me quedaba dormida en el baño y nunca alcanzaba a tomarme la taza entera con té con leche que me preparaba mi mamá. Odiaba a Magdalena con su tempranísimo para alentar a todos los niños que iban a la escuela cantándoles la canción del "Perro Salchicha"... No, no. A mí no me hacía más feliz escuchar canciones infantiles y alegres a esa hora... Sólo me daban ganas de clavarle una salchicha en la garganta para que no hablara más... Pobre Magdalena... Ella quería ponerle onda a la mañana, no? ja! Y mi vieja se ve que también... porque tarareaba la melodía al compás de la cucharita revolviendo el café... Y yo, seguía dormida con los ojos abiertos, como zombi... y con un humor, para el olvido.
Cuando hoy a las 6:45 a.m. sonó el despertador, no tenía ni a Magdalena saludando a los de las siete, ni a mi mamá con el té con leche y ni siquiera una divertida canción infantil para darles una nueva oportunidad a aquéllos amaneceres adolescentes.
Así que lo primero que pensé fue: relajate... que ya es jueves...
Pongalo en práctica. Funciona.

21 de octubre de 2009

Tarde despejada


Después de algunas horas de chat con Hernán, risas y mensajes de texto con saludos de buenos días, el día de hoy lo viví con el cielo más azul que nunca. ¿Habrá sido porque inevitablemente pensé casi todo el tiempo en sus ojos?

Los dos compartimos la pasión por la cocina, nos gustan las películas con "juicios" y los palitos de la selva. Vive en Palermo, hace una semana sopló 34 velitas y es Licenciado en Administración de Empresas. Trabaja en una consultora y es fanático del Rojo de Avellaneda.

Mi abuela me diría: "es un buen partido nena". Y la realidad es que esta cabecita geminiana ya se imaógin algunos planes juntos. Pero mejor, vayamos por partes, despacio, sin saltar etapas...

Porque Serrat canta que el "camino se hace al andar", hay que intentar vivir cada momento como único e irrepetible y disfrutarlo con todos los sentidos.

Por eso, hasta el viernes que concretemos el encuentro, concentaré la energía en nuestras charlas cibernéticas y los mensajes para alimentar con actitud y sin temores la cena con un extraño de ojos azules, que sigue teniendo un secreto para contarme.

No, no hubo caso. No logré persuadirlo para que me lo dijera por el MSN.

Paciencia. Lo mejor, siempre está por llegar.


20 de octubre de 2009

El secreto en sus ojos...

Por supuesto que no aguanté demasiado tiempo para conocer cuál era el secreto oculto que aquél muchacho que conocí en el colectivo quería contarme...
Así que después de dar ciento cuenta y cinco mil vueltas, decidí enviarle un mensaje de texto al número que escribió en una esquinita de hoja. La verdad que no sabía cómo encaralo, ni qué escribirle o si se iba a acordar de mí...
Quería escribir algo original, pero que no fuera cursi... Y como no soy amante de las estrategias a la hora de encontrarse naturalmente con la gente, escribí simple, sencillo, con mis palabras (como me decían en la escuela)
Obtuve respuesta casi, casi al instante... El rington del celular avisando un nuevo mensaje me causó algunas cosquillas nerviosas en la panza, robándome una nueva sonrisa. Él también fue claro y concreto: ¿te parece cenar juntos el viernes?
Al principio me pareció un tanto desesperado (mi abuela diría que no hay nada que me venga bien) Pero eneguida me di cuenta que no hay muchas vueltas para darle al asunto, que ya estamos grandes para la calesita y que tanto giro y giro, aburre y marea...
Así que mi respuesta, fue un "me encantaría" con olorcito a sí rotundo, pero coqueto.
Después de un rato largo, y empezar a imaginar en qué me pongo, dónde nos encotraremos, si me gustará cuando vuelva a verlo y hasta cerrar los ojos con fuerza para recordar nuevamente su cara, me di cuenta que recién hoy es martes... ¡¡En cuatro días pueden pasar tantas cosas!!
Cuando estaba saliendo de la muestra de arte de mi amiga Laura, recibí un nuevo mensaje de Hernán con su dirección de mail sumado a un mensaje claro, animado y despejado: falta mucho para el viernes, no? :)
Al llegar a casa lo agregué en mis contactos y casi al instante, apareció una ventanita de chat con una foto de sus claros y profundos ojos azules, diciendo hola.
Todavía seguimos charlando.

Un éxito rotundo...

El nuevo flequillo resultó muy bienvenido por todos aquellos que me conocen, y debo admitir que por algunos extraños también.
Sobre todo con esos con quienes te cruzás miradas poderosas entre los agujeritos que quedan con las nucas viajantes de un colectivo o con esos que te pasan finito por la misma vereda que caminás y los ojos hacen el mayor ángulo posible para seguir el mismo recorrido...
Siempre me pregunté qué pasaría entre esas personas que se miran tanto durante un trayecto... Y diría que hoy puedo comenzar a responder algunas de esas dudas... Sí, porque un extraño de ojos azules y pestañas tupidas, sin nombre ni religión, me devolvió una de las tantas miradas tímidas con una sonrisa de dientes súper blancos.
Yo estaba sentada en el primer asiento de dos, justo detrás de la puerta del medio de esos colectivos largos... Él, unos asientos más adelante. El muy caballero le cedió el lugar a una mujer que subió con dos niños con edad de jardín de infantes y por eso quedó paradito justo enfrente mío. No había tanta gente y enseguida lo descubrí: vestido con jeans azules, remera blanca, zapatillas cancheras, y unas manos blancas, con dedos largos, de apariencia suave y muy tentadoras... Ya les conté acerca del color de sus ojos... pero no aún no mencioné la profundidad de su mirada... Hacía tiempo que no sentía una mirada tan intensa y mucho menos que me pusiera así de nerviosa...
Deben haber sido seis o siete cuadras, de cruces entre miradas celestes y marrones, gestos nerviosos y algunas sonrisas. Cuadras que me resultaron kilómetros. Pero tiempo suficiente para que además de robarme una mueca simpática, el apuesto joven logre escribir diez números en un papelito arrancado de un cuaderno de facultad y antes de bajarse me lo dejara apoyado en una de las manos que tenía sobre mi cartera.
Este es mi número de celular, me dijo. Y si me llamás, te cuento un secreto.
Se llama Hernán. Y muero de ansiedad por develar el misterio...

16 de octubre de 2009

Me gusta ser mujer...


Cuando Nacha Guevara cantaba frente al espejo y escribía con rouge colorado mensajes para levantarse el autoestima, ¿ya estaba en la edad de la menopausia?

Me hubiera encantado poder coincidir, pero después de 45 días justo tocó el viernes a la noche ese día del mes en que más ganas me dan de meterme en la cama hecha un ovillo de lana, mirar la tele y hacer micro siestas hasta que caigo rendida al sommier de doble plaza.
Durante mi caminata vespertina, un hombre que pasó por al lado mío, me dijo una suerte de piropo que después de haberme robado una sonrisa, me dejó pensando el resto del día como si fuera una especie de enigma a resolver.

"No te tapes tanto mujer", me dijo al ver que me cerraba el saco negro y largo que muchas veces actúa como una suerte de escondite, más allá de que el frío y el viento de la ribera porteña ameritara su uso.

El mensaje de esas palabras en un día como este, resultó contradictorio... Y como no logré desabrochar la "capa tapa-teta"para mostrar lo que dios me dió, me fui a la peluquería y le pedí a mi bendito manos de tijeras Mateo que cambie mi look. Como premio a mi gran semana laboral y de alguna manera celebrar esta nueva apertura, ahora sí podría mirarme en el espejo, guiñarme un ojo y pensar en todo lo que, a pesar de todo, me gusta ser mujer.

14 de octubre de 2009

Decreto Siesta

En un día como hoy, creo que estaríamos todos de acuerdo en que no habría mejor actividad que dormir la siesta, tapados hasta el cuello, asomando los ojitos entreabiertos y somnolientos por el borde de las sábanas para chusmear qué escena de una película "romati-maricona" emiten por decimo cuarta vez en la tele...

Demás está mencionar lo difícil que resulta levantarse de la cama mullida y calentita cuando el despertador suena a las 7 a.m. y se oye desde afuera, la suave llovizna que golpea las hojas de los árboles y logra parecerse a una reconfortante canción de cuna...

Afortunadamente, todas las mañanas trabajo de una profesión que me encanta y divierte tanto que fue sencillo iniciar la ceremonia matutina con destino a Palermo Soho...

Pero admito que es inevitable que la energía se transforme a medida fui me fui peribiendo cada vez más frenada y detenida por un tránsito Imposible (con mayúscula) en la Ciudad de Buenos Aires. ¿De dónde salen tantos autos las mañanas de lluvia? O será que en estas ocasiones se cumple la teoría de que como a la mayoría de la gente le resulta tan difícil iniciar su jornada en un día gris, lluvioso y frío (que raramente parece primaveral), el resto del engranaje que suele funcionar con normalidad también se atrasa y pone más lento...

Lo cierto es que debemos recordar y hacer caso al refrán "al mal tiempo buena cara" y encarar con la mejor de las actitudes nuestro día...

¿Acaso no sabés que el universo no sería el mismo sin el aporte de nuestro trabajo? Nuestra contribución también es fundamental en un día de lluvia. Logremos transformar la energía del 99% de humedad, pelo indomable y fiaca concentrada y entre todos hacer que la próxima mañana que nos despierte la lluvia golpeando sobre las hojas de los árboles, logremos reflejar el sol en nuestras miradas.

¡Qué poética! Debe ser la lluvia...

13 de octubre de 2009

Corazón sin agujeritos


Estoy de acuerdo con eso de que en primavera junto con las flores y los primeros calorcitos renace el amor.

Ese calor que nos otorga una energía casi desbordante de ilusión y parece que renueva la imaginación.

Y además de las condiciones pre-estivales y de haber transitado un invierno gris, frío y solitario, me atrevo a admitir que estoy nuevamente preparada, lista y pronta para recibir a un nuevo y buen AMOR.

Mi corazón ya logró cicatrizar viejas heridas, causadas por desilusiones, engaños y mentiras innecesarias. Y adquirió el flamante rojo de la pasión efervescente. Y otra vez está atento a recibir las señales de un escenario contradictorio que se resiste a la entrega sincera, absoluta y única del amor para y entre dos personas.

Afirmo que estoy preparada para saltar los obstáculos que el camino me enseñará a distinguir para llegar a buen puerto.

Estoy expetante, sonriente, desprejuiciada y plena.

¿Alguien se lo querría perder?

12 de octubre de 2009

Una quincena de años...

Hoy tuve un feriado social con mis buenas amigas. Preparé almuerzo para dos y a la tarde sumamos una más a la ronda de mates y muffins de chocolate y nueces recién horneados... Muchas risas, bastante análisis, algunos planes, sinceros intentos de resolver algunos problemas que afectan, principalmente, a nuestra generación... y cero estudio, pero sin culpas.
Y entre tantas cosas para contar, recordamos a nuestros primeros amores... esos que surgieron cuando estábamos transitando la transformación de niñas a adolescentes, cuando el pelo no era ni lacio ni enrulado, cuando el cuerpo experimentaba cambios inexplicables que sumado a una época de moda casi nefasta, intentábamos gustarle a ese chico que nos hizo conocer las (maravillosas) mariposas en la panza cada vez que lo veíamos...
Y afortunadamente volví a recordarlo a él, a Carlos Salas, mi primer amor imposible en los inicios de mi adolescencia...
Tres años escrbiéndole cartas de amor y poemas empalagosos; cientos de llamadas por teléfono, mensajes en el contestador, chocolates para la semana de la dulzura, regalos de cumpleaños y hasta canciones de amor dedicadas en la radio...
Y hoy, después de más de quince años me di cuenta que sólo una vez tuve la oportunidad de verlo a la distancia del "face to face" y escucharle la voz en vivo y en directo, una sola ocasión en tres años para reconfirmar el verde de los ojos que siempre me miraron como la "vecinita de enfrente", pero que me dieron la fortuna de haber conocido por primera vez el desenfreno del amor...
Donde quieras que estés Carlos Salas, gracias!!
Fue maravilloso...

11 de octubre de 2009

Siempre hay una primera vez...

Mis amigas siempre me pidieron que escribiera un libro con todas las historias que contaba. Y yo siempre les decía "mirá que esa historia te la robo para mi libro". Estábamos en concordancia, en sintonía, pensando que la escritura era una de las fortalezas que no podía dejar de compartir.
Y tener la idea rondando en la cabeza de una mujer de GÉMINIS como yo, no es una tarea fácil: se va y vuelve transformado, se pierde por un tiempo pero retorna con más ímpetu que antes, se renueva, se comenta, se boceta y al final después de un análisis profundo entre "las gemelas", se pone en práctica...
En la era de la comunicación digital, rápida y reciclable, crear en un blog es lo más parecido a escribir un libro. Te presento al GÉMINIS TOUR.
BIENVENIDO. Que lo DISFRUTES.