26 de marzo de 2010

Te extraño

Hoy, mientras caminaba de vuelta a casa desde la facultad, después de una fabulosa clase de Comercio Internacional y una gran sesión de terapia, todavía tenía algunas palabras que retumbaban en esta cabecita rubia que no me permitian dejar de pensar y pensar...
Palabras como "desinterés", "canalizar", "motivación", "preservación"...
¿Qué tendrán que ver una con la otra?
A simple vista, nada.
En análisis, mucho.
Intenté hacer una analogía con algo concreto y tangible para explicar la situación por la cual estoy atravesando... y así comprenderla un poco mejor, incluso yo misma.
Así fue como de repente pensé en una golosina. Una que me gustara mucho, mucho. Una que la consumiera habitualmente, con gran placer, goce y disfrute sin culpa alguna.
Y un día cualquiera voy a comprarla a un kiosco, pero no la tienen.
Voy a otro, y tampoco hay.
No conforme con la situación, transito algunos estados anímicos un tanto particulares por causa de esa ausencia.
Recién consigo una, unos cuantos días después en un kiosco pequeño de mi barrio.
Compro dos, por las dudas.
Y a la semana siguiente ya no consigo ni siquiera en ese kiosco.
Miro de reojo las carameleras de los comercios para ver si la veo, pero nada.
Desapareció.
¿Alguien se las comió todas juntas?
¿Cómo puede ser que no haya más?
¿Cómo puede ser que ninguna otra me guste tanto como esa? ¿Por qué no logro que otro gusto pueda interesarme?
Extraño ese sabor, ese aroma, esa sensación de placer que me producía con el primer bocado.
Quiero volver a degustarlo. Lo quiero a mi alcance. Pero no lo encuentro.
Intento sustituirlo con gustos similares.
A veces da resultado y satisfacen mi deseo.
Muchas otras, ni comiendo una caja entera me producen el mismo placer...
El tiempo pasa a una velocidad impensada...
Mi vida continúa en la vorágine de la cotidianeidad y aún así sigo recordando esa golosina tan rica que por alguna razón ya no encuentro en ningún lado.
Mientras tanto me entretengo con otros sabores y texturas... pero no logro reemplazarlo en su totalidad...
El paso del tiempo y las vueltas de la vida, me hacen mantener la esperanza de que algún día, en cualquier momento y en algún lugar, pueda volver a encontrar el mismo encanto y deleite de esa tan ansiada golosina... en un nuevo, renovado y perdurable sabor.

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