9 de enero de 2012

Feliz Veinte Doce

Lo admito. Desaparecí.
Es una cualidad muy geminiana. O muy Valeriana...
Es que algunas veces necesito "guardarme" y otras, me resguardo incluso de mí misma.
Pero no es un tiempo en vano, porque siempre estoy pensando en cosas nuevas, o retomando ideas, reconsiderando viejos proyectos, descubriendo algo valioso en mí, aprendiendo a deshechar lo que ya no me hace bien y es ahí, cuando al sentirme más aliviada, vuelvo...
Estos últimos meses podría decirse, que además de desaparecer del Géminis Tour por estar tapada de trabajo entre otras cosas, también estuve haciendo mi clásico balance.
Cuando diciembre se hace ver, tengo esta tendencia de poner en la balanza todo lo que viví durante el año transcurrido...
Vuelvo sobre mis experiencias y los logros y sonrío...
También recuerdo los tropiezos y reflexiono sobre el aprendizaje que me dejaron aquellas cosas en las que deberé seguir trabajando para mejorar día a día...
La escena se repite en cada fin de año, momento en el que todos renovamos nuestros deseos para lo nuevo que viene...
La realidad es que nada cambia mágicamente, pero la energía se renueva en cada 31 de diciembre...
Puedo decir que el balance de mi año 2011 es positivo.
Por muchas cosas que por ser tan obvias aún no tengo la costumbre de agradecer...
Pero sobre todo, por la grata posibilidad que me sigue dando la vida de aprender y darme otra oportunidad...

Cambió la suerte, lo presiento...
Y en este 2012 la prioridad está en conectarme conmigo misma, con manifestar lo aprehendido hacia el exterior, en explorar y profundizar en mi espiritualidad y sentimientos y compartir esa gratitud con mi seres queridos.
Quiero y necesito volver a apasionarme.
La clave será buscar dentro mío, apagar un poco la cabeza y encender más el corazón...
Suena tan fácil escribirlo...
El desafío está en poder, aunque sea, empezarlo...
El camino recién comienza...
Y cambió la suerte...
Lo presiento...

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