31 de enero de 2012

Apasionada

Cuando comencé con esta actividad de escribir, hace ya más de 15 años, lo hacía como una herramienta para "descargar" mis broncas, angustias y arrebatos de adolescente... 
Recuerdo escribir a una velocidad impensada, sin revisar sintaxis u ortografía...
Simplemente era lo que me brotaba en ese momento. La intención era que las páginas de aquel primer diario con olor a frambuesa, absorbieran toda la ira que en ese momento me atravesaba... 
Pero por suerte no fueron sólo pálidas las que quedaron para releer y revivir...
Me mata de risa volver a leer frases como "creo que me estoy enamorando de Gastón y olvidándome bastante de Carlos" o "quiero ser actriz y en mi casa todo el mundo se opone a la idea"...
Esos eran algunos de los temas más cruciales que viví durante el 3º año del secundario...
Sin embargo, la realidad es que ninguna de esas dos cosas prosperaron: a Gastón dejé de verlo cuando tenía 17 años y lo de la actuación, supongo que quedará pendiente para otra vida...
Lo que sí perdura, aún hoy, es esa pasión con la que escribía cada palabra que salía de mi mente... Si bien es cierto que no había tantos filtros, porque se trataba de un diario íntimo al que solo yo tenía acceso, hay algo que siento como recurrente...
Intento encontrar la palabra que lo defina y es pasión la que vuelve una y otra vez...
Quizás la escritura sea una de mis pasiones y como se trata de un hábito que tengo desde tan chica, se me hace más difícil percibirlo de esa manera...
Una de mis búsquedas durante este año es realizar actividades que me apasionen, motivo por el cual seguiré escribiendo en este Géminis Tour, pero además trabajaré intensamente para llevar a cabo parte de mi proyecto gastronómico...
La teoría ya está escrita. 
La presentación ya está armada.
Ahora viene la parte más compleja pero más emocionante: exponer la idea y convencer a mis futuros socios...
Porque si tanto sueño con mi restaurante, ¿qué estoy haciendo para poder concretarlo?; ¿me muevo lo suficiente para poder alcanzar esa meta?
Hay que accionar la "palanca de cambios" y dar el primer paso...
Me doy cuenta que tiene sentido haber recorrido lo que recorrí...
Las cosas, como así también las personas, llegan en el momento más apropiado de nuestras vidas...
Lo que sucede, conviene...
Y como me encanta decir, lo mejor siempre está por venir...
¡Buen martes!

29 de enero de 2012

Días de enero

Te conocí un día de enero con la luna en mi nariz
Y como vi que eras sincero, en tus ojos me perdí...
Qué torpe distracción...
Qué dulce sensación...
(cuando menos pienso sale el sol...)

25 de enero de 2012

Hoy es HOY

Transitando mi cuarta semana de vacaciones, siento que estoy viviendo uno de esos veranos adolescentes donde me lo pasaba en la casa de mis primas y siempre encontrábamos algún evento en el cual participar y simplemente divertirnos...
Si digo que por momentos un poco me aburro, sería quejarme de llena...
Por eso intento ocupar espacios con actividades a las que no les dedico mucho tiempo en épocas de clase y por sobre toda las cosas a compartir tiempo con amigas...
Volvieron los tiempos de charlas telefónicas larguísimas, mensajes que te dan sensación de vértigo en la panza, tardes de música y bailes, cenas espontáneas para celebrar la VIDA, que no es poco... y por supuesto las interminables trasnochadas...
Después de todo, eso es estar de vacaciones...
Como parte de este proceso de renovación, sigo con mis lecturas y ejercicios para dominar algunos de los esquemas erróneos en mi conducta.
Hoy el tópico fue "evitar la inmovilización", como el indicador de las emociones negativas en mi vida... 
Si bien a veces vale la pena (y es necesario) sentir rabia, timidez u otros sentimientos por estilo, en la medida de que estos sentimientos me inmovilicen debe ser lo que me sirva de guía.
Inmovilización: un estado que en mayor o menor grado, imposibilita que pueda funcionar al nivel que quisiera funcionar; puede oscilar entre la inacción total y las pequeñas indecisiones o vacilaciones... 
Si ciertos sentimientos me conducen a ese estado, no vale la pena seguir buscando más razones para deshacerme de ellos...
Hoy pensé cuáles son los momentos en los que suelo sentirme inmovilizada...
En realidad, la lista podría ser un poco más extensa pero me detuve en los que considero más importantes y considero que tengo las herramientas para modificar...

  • Cuando no puedo dirigirme cariñosamente a la gente que quiero...
  • Cuando no puedo trabajar en un proyecto que me interesa...
  • Cuando no hago el amor y me gustaría hacerlo...
  • Cuando no puedo dormir porque algo me preocupa...
  • Cuando no puedo pensar con claridad porque estoy enojada...
Una de las maneras de combatir la inmovilización por más pequeña que sea, es aprendiendo a vivir en el momento presente, poniéndome en contacto con mi "ahora"... 
Si lo pienso detenidamente, no existe otro momento que pueda vivir más que el presente... 
El ahora es todo que hay y todo lo que tengo... 
El futuro es simplemente otro momento para ser vivido cuando llegue pero que no puedo vivir hasta que aparezca...
Mi momento presente, mi hoy, es realmente encantador... y lo estoy disfrutando desde una postura desconocida, buscada y muy esperada...
Siento una especie de tranquilidad difícil de explicar con palabras, al menos por ahora...
No importa mucho lo que haga siempre que tenga mi vida...
Si no tengo mi vida, ¿qué otra cosa podría tener?
Hagan una lista de las cosas que los inmovilizan...
Se van a sorprender...
¡Buen miércoles!









15 de enero de 2012

Cartas amarillas

Hoy fue un sábado atípico...
No hubo limpieza, ni ordenamiento de ropa, ni mucho menos tareas relacionadas a lo laboral. Recibí una invitación sorpresiva y estuve todo el día en el campo, reunida con gente querida...
Entre una charla y otra, salió el tema de las "nuevas" formas de relacionarse que tienen las nuevas generaciones de jóvenes, de cómo se comunican y que de alguna manera se ponen en evidencia frente al resto de una sociedad que se presenta confundida en cuanto a los códigos que utilizan para dar a conocer sus ideas... 
Por un momento tuve un flashback y volví a mi adolescencia, dándome cuenta que si bien cambiaron los códigos la pasión para relacionarse es muy parecida aunque cambien las modas...
Recordé en carne propia la adrenalina y el "eclipse de corazón" que me provocó estar enamorada a los diecisiete...
Aquellas tardes enteras escuchando los lentos grabados de la radio en un casette de 90 minutos (jajaja) que me hacían pensar en ese chico que "me quitaba la respiración"... 
Y en cómo todo ese sentimiento casi exagerado, lo podía volcar en las cartas que escribía pensando en ese muchachito que me hacía temblar creyendo que sería mi "único y gran amor" para toda la vida...
Entonces lo primero que hice cuando llegué a casa, fue buscar las copias de las cartas que guardé con tanto orgullo y que a pesar de ser inéditas y genuinas, también alguna vez fueron fuente de inspiración para que alguna de mis amigas pudiera comunicar su amor... 
Y qué placer fue reencontrarme con esa letra "adolescente" que impregnada en un papel amarillo aún conserva la pasión de aquellos años...
Incluso pude recordar los momentos en las que las escribí: en la escuela durante algún recreo o en una de esas madrugadas de desvelo mientras tomaba mate junto a mis amigas intentaba arreglar el mundo desde la cocina de la casa de mi abuela, como si fuera nuestro refugio secreto...
Pero más allá del hermoso recuerdo emotivo, sentí cierta melancolía por estar desconectada desde hace tanto tiempo con esa pasión desbordada, sin lógica ni coherencia que implica escribir una carta de amor...
No sé si las experiencias vividas durante esta segunda mitad de vida hicieron que me vuelva un poco más racional, más fría, más escéptica o menos vulnerable frente al amor, el romanticismo y las emociones desmedidas...
Desconozco los motivos por los cuales de a poco dejé de escribir esas cartas de amor...
Y es por eso que durante esta nueva y reciente búsqueda interna, pretendo recuperar al menos una parte de esas emociones que me lleven a creer nuevamente en que sentirme reflejada por la mirada del hombre elegido, tiene un sentido auténtico para seguir fortaleciéndome como persona... de que todo lo que realmente necesito, es amor...

Popurrí de cartas de amor adolescente

12 de enero de 2012

Come what may...

Entre todas las cosas que me van sucediendo durante estas vacaciones porteñas, sigo dándome cuenta de cuántas son las cosas que aún debo aprender...
No sólo de mí misma, sino también en relación con los demás y el vínculo que quiero generar con las personas que aparecen en mi camino de vida...
Hay una tendencia general en la mayoría de las mujeres (con algunas variaciones, por supuesto) en generar una especie de estructura de "pensamiento mágico" donde formamos una especie de mundo ideal, con gente ideal, con relaciones ideales incluso idealizándonos a nosotras mismas en relación al contexto que imaginemos...
Pero sucede (me sucede) que al no configurar ese "esquema mental" con mi realidad, se me genera una frustración y/o insatisfacción que inevitablemente hace que termine comparando todo el tiempo mi realidad con ese pensamiento mágico al cual me ¿gustaría? aspirar...
Y en esa comparación, por supuesto, que mi realidad lleva las de perder...
Lo interesante y desafiante en esta instancia, será poner en marcha aquel mecanismo que se corresponda con apartar ese pensamiento mágico como parte de una realidad poco probable de poder llevarse a cabo y comenzar a aceptar más las situaciones en las que participo a diario (que de hecho yo misma elijo) y por sobre todo, aprender a aceptar a quienes me rodean tanto con sus defectos y virtudes...
Claro, lo de aceptar las virtudes es "pan comido"...
Parte del nuevo aprendizaje es enfrentarse con esa parte del otro que no me gusta tanto o no se corresponde con mi pensamiento mágico y hacerlo parte de mi realidad como algo genuino y valioso de la persona con la cual elegí compartir cierto momento de mi vida...
Se me ocurre que con la pareja, esta situación se debe poner de manifiesto a cada momento, sobre todo cuando termina esa etapa tan divina y cautivante de enamoramiento y todo lo que hasta ese momento nos parecía especial, de repente (o mágicamente) tiende a convertirse en detestable...
Este pensamiento mágico, de mágico en realidad no tiene nada porque me dificulta la posibilidad de disfrutar y sentirme contenta con lo que tengo y me deja siempre centrada en aquello que me está faltando...
Pero para poder aceptar al otro, al nuevo, al elegido, primero es necesario autoaceptarme y a "engordar" (por decirlo de alguna manera) mi autoestima, desarrollando mis características positivas, potenciándolas y haciéndolas crecer...
Después de todo, yo soy la suma de todos mis acontecimientos históricos.


Hoy me inspiré escuchando "Come what may", un tema más que recomendable para pensar en un nuevo amor, pase lo que pase...

11 de enero de 2012

Conociéndome...

Quiero compartir una frase analizar y profundizar...
"Cuando el corazón está sereno, se cultiva la vida personal... 
Cuando se cultiva la vida personal, se regula la vida en el hogar... 
Cuando se regula la vida en el hogar, la vida de la nación está en orden... 
Y cuando la vida de la nación está en orden, el mundo está en paz..."


Comencé una actividad central para mí en este nuevo año: el reencuentro conmigo misma, con mi interior... 
Redescubrirme desde otra arista, conocer otra faceta de mi geminiana personalidad...
Por ahora es algo por mi cuenta, pero no descarto reuniones o seminarios donde pueda compartir y aprender de experiencias con otras personas...
Por supuesto, que acepto sugerencias de lecturas que puedan ayudarme en este recorrido...
Mientras tanto, continúo con "No te cruces en tu camino, no puedes evitar ser quien eres"

9 de enero de 2012

Feliz Veinte Doce

Lo admito. Desaparecí.
Es una cualidad muy geminiana. O muy Valeriana...
Es que algunas veces necesito "guardarme" y otras, me resguardo incluso de mí misma.
Pero no es un tiempo en vano, porque siempre estoy pensando en cosas nuevas, o retomando ideas, reconsiderando viejos proyectos, descubriendo algo valioso en mí, aprendiendo a deshechar lo que ya no me hace bien y es ahí, cuando al sentirme más aliviada, vuelvo...
Estos últimos meses podría decirse, que además de desaparecer del Géminis Tour por estar tapada de trabajo entre otras cosas, también estuve haciendo mi clásico balance.
Cuando diciembre se hace ver, tengo esta tendencia de poner en la balanza todo lo que viví durante el año transcurrido...
Vuelvo sobre mis experiencias y los logros y sonrío...
También recuerdo los tropiezos y reflexiono sobre el aprendizaje que me dejaron aquellas cosas en las que deberé seguir trabajando para mejorar día a día...
La escena se repite en cada fin de año, momento en el que todos renovamos nuestros deseos para lo nuevo que viene...
La realidad es que nada cambia mágicamente, pero la energía se renueva en cada 31 de diciembre...
Puedo decir que el balance de mi año 2011 es positivo.
Por muchas cosas que por ser tan obvias aún no tengo la costumbre de agradecer...
Pero sobre todo, por la grata posibilidad que me sigue dando la vida de aprender y darme otra oportunidad...

Cambió la suerte, lo presiento...
Y en este 2012 la prioridad está en conectarme conmigo misma, con manifestar lo aprehendido hacia el exterior, en explorar y profundizar en mi espiritualidad y sentimientos y compartir esa gratitud con mi seres queridos.
Quiero y necesito volver a apasionarme.
La clave será buscar dentro mío, apagar un poco la cabeza y encender más el corazón...
Suena tan fácil escribirlo...
El desafío está en poder, aunque sea, empezarlo...
El camino recién comienza...
Y cambió la suerte...
Lo presiento...