16 de febrero de 2012

¡Viva la diferencia!

Esto de que más de una vez los hombres y las mujeres no podamos entendernos, es básicamente porque somos diferentes.
¿No dije nada nuevo?
Claro que no.
Desde pequeñas nos damos cuenta que existen diferencias entre niños y niñas: en sus modos de jugar, en sus intereses, en el modo en el que se relacionan con los demás, en cómo resuelven sus conflictos, etc.
La lista podría continuar ampliándose, pero sería obvia y aburrida...
Hoy recordé una conversación que tuve con una amiga algunos días atrás, donde le comentaba sobre cierta preocupación que percibía en el freno que de alguna manera nos ponemos las mujeres para decirles "te quiero" a un hombre, sin ningún motivo aparente más que el hecho de decírselo como solemos hacerlo con una amiga...
Así porque sí, porque lo sentimos, porque se nos dio la gana...
Entonces me detuve a pensar qué significa realmente decir un "te quiero"...
Cuál es el significado que le damos a una frase que ciertas veces nos queda corta...
Por ejemplo, puedo decir "te quiero" porque quiero estar con esa persona, porque quiero su compañía, porque es una buena persona y me hace bien estar a su lado... 
También puedo decirlo porque lo tomo como un sentimiento genuino y me interesa que el otro sepa que "lo quiero" para mí...
Pero decírselo a un hombre, dependiendo el vínculo que intentemos establecer, puede traer ciertas complicaciones y provocar efectos mágicos como por ejemplo la desaparición...
¿Será que no están acostumbrados a recibir un "te quiero" porque sí?
¿No se dicen "te quiero" con sus amigos?
Sin dudas, el motor que mueve a las mujeres y a lo femenino está principalmente en su vida afectiva. 
Una mujer está bien en la medida en que la gente que ella quiere está bien con ella. Y de ahí esta necesidad de comunicar a su entorno todos los "te quiero" posibles...
En cambio lo masculino se encuentra bien en la medida en que logra los objetivos y las metas que se propone, sin tener en cuenta el proceso y la comunicación que emplea para alcanzarlos...
Quizás sea una responsabilidad de las mujeres madres de niños varones (futuros novios, padres y maridos) desarrollar un costado más femenino en sus hijos para que ellos mismos sean capaces de dar y recibir cada vez más "te quiero" sin crearles miedos, conflictos o rechazos.
Son cosas chiquitas y posibles.
Porque al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.
Te quiero...
¿Me querés?
¡Los quiero!

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