La risa no es la panacea, ni la felicidad, pero está muy emparentada con ésta.
Lo que parece fuera de toda duda es que ayuda a sentirse mejor.
La risa incrementa la autoestima y la confianza en uno mismo; evita la depresión y la tristeza al forzar cambios emocionales en la persona.
Es también una fórmula eficaz para eliminar pensamientos y emociones negativos es imposible reír y pensar al mismo tiempo, por lo que ayuda a combatir las enfermedades psicosomáticas.
Alivia el insomnio al producir una sana fatiga que el sueño repara con facilidad, la hipertensión, al aumentar el calibre dé los vasos sanguíneos y reparar tos músculos lisos de las arterias, reduce la presión arterial. Combate miedos y fobias y la timidez, al facilitar la comunicación entre las personas ayuda a expresar emociones y favorece los lazos afectivos.
Asimismo alivia el sufrimiento y sirve para descargar tensiones, potencia la creatividad y la imaginación.
Por otro lado puede ejercer efectos positivos contra enfermedades fisiológicas: refuerza el sistema inmunológíco, facilita la digestión, fortalece el corazón acelerando el ritmo cardíaco, mejora la respiración, ya que ta ventilación respiratoria llega al máximo cuando reímos y aumenta la actividad vital al incrementar la circulación nerviosa.
En definitiva, y como dice un viejo proverbio chino: "Para estar sano, hay que reírse al menos treinta veces al día."
¿Qué estás esperando para soltar una carcajada?
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