31 de marzo de 2016

Ciento cincuenta días

Hace ciento cincuenta días que te busco en todas partes: entre las personas que caminan por la calle, en la fila de algún comercio... 
Hace ciento cincuenta días que necesito escuchar tu voz, sentir las caricias de tus manitos arrugadas, oler el perfume de tu ropa, que me preguntes por el precio del jabón en polvo, que me pidas que me abrigue la espalda...
Desde hace ciento cincuenta días que te busco sin parar pero allá, afuera, no te encuentro.

Entonces cierro fuerte los ojos para que algún bonito recuerdo se venga a mi mente, y son tantos que no sé por cuál empezar...
Convoco cada uno de tus dichos para hacer de cuenta que te escucho y copio todos tus modales para que me invada tu presencia...
Emulo tus recetas para que los aromas y sabores se impregnen en las paredes de toda mi casa... 
Riego las plantas, lavo los tomates, pongo el lavarropas y doblo las medias, todo tal cual vos me enseñaste.
No tengo más células en el cuerpo para extrañarte.
Decir que te necesito sería una redundancia.
Saber que estás a mi lado, es una obviedad.

"Qué suerte tenerte como un ángel guardián, benditas tus manos que me supieron cuidar, salvar y calmar..."












1 de diciembre de 2015

Amarte es más que mi destino...

Ya no soy la misma.
Tuve que reinventarme.
Tengo que hacerlo, todos los días desde el día que empezaste a alejarte de este mundo tangible.
Me rearmo como puedo cada día después de aceptar con mucho dolor tu decisión y dejarnos tu legado.
Un legado lleno de sabores y aromas, texturas e imágenes, frases e incondicionalidad.
Gran parte de mi ser te lo debo a vos...
Porque me cuidaste cuando estuve enferma y cuando lloré por amor... Y fuiste mi fiel compañía en largas madrugadas...
Porque me enseñaste todo lo necesario para que un plato de comida sea la forma más maravillosa de decirle te amo a las personas...
Porque en tu voz encontré consuelo, experiencia y sabiduría... y en tus manos hallé la calma y la paciencia que otorga la experiencia.
Porque fuiste la persona que más me amó en este mundo, la mentora y el bastón de mis logros académicos...
La única que bancó mis locuras de adolescente con el único amor posible que brota del corazón...
Risas, gritos y lágrimas vividas.
Secretos, recetas y mañías compartidas.
No pasa un día en el que no se me ocurra llamarte para saber cómo estás...
O llegar de un viaje y compartir con vos cada anécdota vivida...
Todos los días espero tu voz en el contestador pidiéndome que me abrigue o preguntándome qué quiero que me cocines la próxima vez que te visite...
Me falta tu mirada, tu aceptación, tu exageración y tu risa...
El único consuelo que tengo es saber que la vida no se termina, que nunca se llega hasta el final...
Que tu mente se quedó dormida pero tu esencia seguirá buscando un tiempo y una forma para volver...
Sos parte de mi alma y en tu cielo soy eterna...
Prometo recordarte todos y cada uno de mis días... hasta volvernos a encontrar.
Hasta siempre Abuela.
Gracias por todo...

8 de marzo de 2015

En el Día de la Mujer Mundial

Hay quienes piensan que soy una mala mujer porque alzo la voz, porque soy independiente, porque no me molesta pagar las cuentas ni abrir mi propia puerta ni comprar mis propios preservativos...
O porque no sé hacer un dobladillo (ni me interesa) porque a veces no cocino y llamo al delivery, porque salgo a trabajar, porque quiero seguir creciendo, porque aún no tengo hijos, porque aún no me he casado...
Soy una mala mujer porque me doblo pero no me quiebro, porque me sacudo las lágrimas me acomodo el escote y como puedo, con el resto de aliento que me queda, sigo para adelante...
Por eso soy una mala mujer, porque no nací sumisa, callada, quieta y frágil, sino soberbia, desafiante y estridente, porque cuando llego se nota y cuando me voy se siente.
No estoy para ser ama de casa si no se me antoja, para ser esposa devota o madre abnegada... Estoy para vivir, con quien me guste acompañar y sentirme acompañada.
Soy una mala mujer porque no me hago a la pendeja, porque estoy soltera, pero no sola, porque viajo sola y sabría Dios qué andaré haciendo, porque admito que tengo sexo y no me cuelgo un manto virginal sobre el cabello en espera del príncipe ¿azul?...
Soy una mala mujer porque varios tequilas me hacen reír mientras otros ruedan por el piso, porque tomo la iniciativa, porque a veces enciendo un cigarrillo.
Soy una mala mujer porque no me presto a interpretar papeles, porque me rompo el lomo tanto o más que cualquier hombre, porque definitivamente no aguanto boludos, porque no tolero injusticias, porque no me conformo con "lo que me tocó"...
Por eso, brindo por las malas mujeres...
Por que existan en este mundo muchas más.
¡Salud!

31 de julio de 2014

Love can´t find me...

Dicen que cuando conoces al amor de tu vida, el tiempo se detiene y es verdad...
Lo que no te dicen es que cuando el tiempo inicia otra vez, se mueve aún más rápidamente para recuperar lo perdido...
Reconozco que hay momentos en los que se tiene que luchar y hay momentos en los que debe aceptar que he perdido mi destino, que el barco ya ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo...
Lo cierto es que siempre he sido una ilusa...

30 de diciembre de 2013

¿Crisis = Oportunidad?

Si el 2013 pretendía ser un año inolvidable, lo ha logrado.
Podría hacer una lista bastante extensa de sucesos dolorosos, pérdidas irreparables y frustraciones personales...
Podría escribir varias páginas acerca de cómo el dolor emocional se ha concentrado en mis entrañas y manifestado en todo mi cuerpo a lo largo de todo este puto año 2013...
Lograría ser muy detallista describiendo uno por uno los infortunios de la decena de meses que al fin ya se están yendo...
Pero no. 
No quiero volver a recordarlos y llorar frente al monitor como una nena desconsolada que no ha recibido regalos el día de Navidad.
No quiero resurgir esos sentimientos amargos ni esas sensaciones penosas y angustiantes, simplemente porque ya dejaron su marca en mi alma y en mi corazón y ningún sentido tiene enumerarlas a esta altura de los acontecimientos.

Después de 35 años de existencia consciente en esta vida, reafirmo y confirmo que no puede haber crecimiento sin que duela. 
Que no puede haber avances, sin aparentes retrocesos. 
Que no puede haber logros, sin sufrir algunas pérdidas aunque sean irreparables.
Todos y cada uno de esos eventos que dejaron una marca imborrable en mí, sucedieron para hacerme ser quien soy día a día. 
Para probar mi fortaleza, mi aguante y mi entereza.
Y que si las decisiones no las tomo yo misma en el momento correcto, el Universo, Dios o quien mierda sea, se encarga de hacerlo por mí para que me de cuenta que cuando la intuición habla, tengo que oírla... 
Porque lo que resiste, persiste. 

Como cierre de este año, logro darme cuenta que no soy ese roble fuerte, macizo y estoico que aparento ser o que los demás suponen que soy porque me atrevo a ciertas cosas y soy rebelde frente a la sumisión estúpida... 
Ni tampoco quiero serlo. 
Porque de haber un viento, una tempestad o cualquier otra inclemencia similar a las que atravesé durante estos 365 días, siendo un roble me hubiera roto sin poder volver a recomponerme y levantarme nunca jamás.

Tal vez estaría bueno comenzar a verme, incluso yo misma, como una palmera: flexible y vibrante resistiendo hasta el final cualquier arrebato desmesurado, inesperado e incluso injusto ante la propia mirada y la ajena.
No es pecar de soberbia. Soy de esas personas que siempre está considerando mejoras y reformas a mi personalidad, más aún teniendo en cuenta mi auto exigencia y la aturdidora manía de tener todo bajo control.
Esta visión es fruto de los preceptos que me dejaron los hechos. 
La moraleja de la fábula. 
El aprendizaje que no hay que olvidar.
Lo que no hay que volver a repetir.

El tiempo es limitado. De modo que no debería malgastarlo viviendo la vida que los demás quieren que viva. 
Ni vivir atrapada en el dogma que algunos suponen de cómo debería ser mi vida con la edad que tengo. 
Nadie me puede juzgar o castigar por las decisiones que he tomado...
Es la "vida" quien se encarga de hacerlo...

Por eso aquí estoy.
Despidiendo el gran año de mierda, en el lugar que más amo y, hasta el momento, más me identifica en el mundo.
Aquí estoy, para decirle adiós 2013, gracias por todo lo que me enseñaste a pesar de las lágrimas, el desconsuelo y la desolación.
Gracias por darme más fuerza, más vigor, más entereza, más amistad y mayor convicción de aceptar lo que me indica el corazón siguiendo mi intuición sin tanto preámbulo.

Gracias por hacerme más real y menos perfecta de lo que la gente pretende que sea.

Bienvenido seas año nuevo.


29 de septiembre de 2013

A dónde vas sin mí...

Una vez más te miré fijo a los ojos y una vez más me devolviste la ternura de siempre aún sabiendo que aquella tarde nuestras miradas unidas eran las de despedida...
Y mis palabras fueron simples, porque si tu agradecimiento por haberte salvado la vida cuando te encontré en aquella cajita de zapatos abandonada en un árbol cualquiera fueron los diecisiete años de compañía y amor incondicional a mi lado, no puedo sentir más que fortuna y felicidad...
Valiente y aguerrido con la vida desde el principio y un luchador hasta el final; tenaz, fuerte, de un carácter desconfiado y un particular pero genuino modo de amarme, me demostraste que valió la pena tanto camino recorrido y pudiste convertirte en mucho más que mi mascota...
Esta casa ya no será la misma sin tus caminatas por el patio y tus hazañas de cazador en los canteros...
Ya nada será igual si no vas a estar esperando a que llegue (a cualquier hora) y te sonrías al verme para demostrarme lo feliz que te hacía verme...

Te extraño con locura Franco y ojalá hayas, de alguna manera, comprendido todo el amor que costó dejarte ir...
GRACIAS por vivir la mitad de mi vida junto a mí, abrigándonos de la soledad, dándonos amor y haciéndome sentir importante cada día de estos maravillosos diecisiete años yendo juntos a la par...
Esperame, que en algunos años, allá arriba ya nos volveremos a encontrar y volverás a ser mi "pequeño pony", mi "chuchi", mi Franco otra vez...

25 de junio de 2013

One more try

Si me preguntaras para qué quiero regresar. podría decirte que...


Para empezar, porque cuando me hablas llenas todo de verdad y haces que me olvide de esta soledad...
Porque nunca quise envejecer con nadie más...
Y no sé qué va a pasarme si otra vez te vas...
Sólo sé que quiero estar en donde estás...
Porque ni un segundo te he dejado de extrañar...
Porque no me rindo y quiero verte una vez más...