1 de diciembre de 2015

Amarte es más que mi destino...

Ya no soy la misma.
Tuve que reinventarme.
Tengo que hacerlo, todos los días desde el día que empezaste a alejarte de este mundo tangible.
Me rearmo como puedo cada día después de aceptar con mucho dolor tu decisión y dejarnos tu legado.
Un legado lleno de sabores y aromas, texturas e imágenes, frases e incondicionalidad.
Gran parte de mi ser te lo debo a vos...
Porque me cuidaste cuando estuve enferma y cuando lloré por amor... Y fuiste mi fiel compañía en largas madrugadas...
Porque me enseñaste todo lo necesario para que un plato de comida sea la forma más maravillosa de decirle te amo a las personas...
Porque en tu voz encontré consuelo, experiencia y sabiduría... y en tus manos hallé la calma y la paciencia que otorga la experiencia.
Porque fuiste la persona que más me amó en este mundo, la mentora y el bastón de mis logros académicos...
La única que bancó mis locuras de adolescente con el único amor posible que brota del corazón...
Risas, gritos y lágrimas vividas.
Secretos, recetas y mañías compartidas.
No pasa un día en el que no se me ocurra llamarte para saber cómo estás...
O llegar de un viaje y compartir con vos cada anécdota vivida...
Todos los días espero tu voz en el contestador pidiéndome que me abrigue o preguntándome qué quiero que me cocines la próxima vez que te visite...
Me falta tu mirada, tu aceptación, tu exageración y tu risa...
El único consuelo que tengo es saber que la vida no se termina, que nunca se llega hasta el final...
Que tu mente se quedó dormida pero tu esencia seguirá buscando un tiempo y una forma para volver...
Sos parte de mi alma y en tu cielo soy eterna...
Prometo recordarte todos y cada uno de mis días... hasta volvernos a encontrar.
Hasta siempre Abuela.
Gracias por todo...

8 de marzo de 2015

En el Día de la Mujer Mundial

Hay quienes piensan que soy una mala mujer porque alzo la voz, porque soy independiente, porque no me molesta pagar las cuentas ni abrir mi propia puerta ni comprar mis propios preservativos...
O porque no sé hacer un dobladillo (ni me interesa) porque a veces no cocino y llamo al delivery, porque salgo a trabajar, porque quiero seguir creciendo, porque aún no tengo hijos, porque aún no me he casado...
Soy una mala mujer porque me doblo pero no me quiebro, porque me sacudo las lágrimas me acomodo el escote y como puedo, con el resto de aliento que me queda, sigo para adelante...
Por eso soy una mala mujer, porque no nací sumisa, callada, quieta y frágil, sino soberbia, desafiante y estridente, porque cuando llego se nota y cuando me voy se siente.
No estoy para ser ama de casa si no se me antoja, para ser esposa devota o madre abnegada... Estoy para vivir, con quien me guste acompañar y sentirme acompañada.
Soy una mala mujer porque no me hago a la pendeja, porque estoy soltera, pero no sola, porque viajo sola y sabría Dios qué andaré haciendo, porque admito que tengo sexo y no me cuelgo un manto virginal sobre el cabello en espera del príncipe ¿azul?...
Soy una mala mujer porque varios tequilas me hacen reír mientras otros ruedan por el piso, porque tomo la iniciativa, porque a veces enciendo un cigarrillo.
Soy una mala mujer porque no me presto a interpretar papeles, porque me rompo el lomo tanto o más que cualquier hombre, porque definitivamente no aguanto boludos, porque no tolero injusticias, porque no me conformo con "lo que me tocó"...
Por eso, brindo por las malas mujeres...
Por que existan en este mundo muchas más.
¡Salud!