De vez en cuando el alma pasa parte de enferma y en ocasiones muy especiales levita para trasladarse al lugar donde parece que podría sanarse...
En horas de siesta, la mía se escapó por un escueto y exacto momento para sublimar en el más ansiado de los encuentros...
Bastó con que este trozo de ánima tuviera un viaje con destino cierto y se encontrara con él en un abrazo fuerte, apretado e invencible... ayudándome a no olvidar jamás el efecto de su piel contra la mía y el sonido de la brisa del mar como aquéllos tiempos...
La sensación se mezcló con risas, algunas palabras y caricias en el pelo...
No hubiera querido despertarme...
No fue justo abrir los ojos en el momento más intenso...
Tuve que resignarme a escaparme de nuevo de este cuerpo que se la pasa buscando una explicación con la cabeza a lo que en realidad es un tema del corazón...
Creo que este sueño fue deliberado y necesario...
Me doy cuenta que sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional...
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