31 de marzo de 2016

Ciento cincuenta días

Hace ciento cincuenta días que te busco en todas partes: entre las personas que caminan por la calle, en la fila de algún comercio... 
Hace ciento cincuenta días que necesito escuchar tu voz, sentir las caricias de tus manitos arrugadas, oler el perfume de tu ropa, que me preguntes por el precio del jabón en polvo, que me pidas que me abrigue la espalda...
Desde hace ciento cincuenta días que te busco sin parar pero allá, afuera, no te encuentro.

Entonces cierro fuerte los ojos para que algún bonito recuerdo se venga a mi mente, y son tantos que no sé por cuál empezar...
Convoco cada uno de tus dichos para hacer de cuenta que te escucho y copio todos tus modales para que me invada tu presencia...
Emulo tus recetas para que los aromas y sabores se impregnen en las paredes de toda mi casa... 
Riego las plantas, lavo los tomates, pongo el lavarropas y doblo las medias, todo tal cual vos me enseñaste.
No tengo más células en el cuerpo para extrañarte.
Decir que te necesito sería una redundancia.
Saber que estás a mi lado, es una obviedad.

"Qué suerte tenerte como un ángel guardián, benditas tus manos que me supieron cuidar, salvar y calmar..."